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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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domingo, 9 de abril de 2006

LA CRUZ, SIGNO DE RECONCILIACION Y DE AMOR


CIUDAD DEL VATICANO, 9 ABR 2006 (VIS).-Miles de jóvenes de todo el mundo participaron esta mañana en la celebración eucarística del Domingo de Ramos, presidida por el Papa en la Plaza de San Pedro, con ocasión de la XXI Jornada Mundial de la Juventud, cuyo tema es: "Lámpara para mis pasos es tu palabra, luz en mi camino".

  Antes de la misa, Benedicto XVI bendijo las palmas y los ramos de olivo en el obelisco de la plaza y posteriormente se dirigió en procesión hasta el altar.

  Al comienzo de la homilía, el Santo Padre recordó que desde hace veinte años, "gracias al Papa Juan Pablo II, el Domingo de Ramos se ha convertido de manera particular en el día de la juventud, el día en que los jóvenes del todo el mundo salen al encuentro de Cristo, deseando acompañarle en sus ciudades y sus países para que esté entre nosotros y pueda establecer en el mundo su paz".

  "Si queremos salir al encuentro de Jesús y caminar después con él por su camino -dijo-, tenemos que preguntarnos: ¿Por qué camino quiere guiarnos? ¿Qué nos esperamos de él? ¿Qué se espera de nosotros?".

  Comentando las palabras del profeta Zacarías sobre el rey venidero, que "será un rey de los pobres, un pobre entre los pobres y para los pobres", Benedicto XVI señaló que se puede ser "materialmente pobre pero tener el corazón lleno del ansia de riqueza y del poder que deriva de la riqueza. (...) La corrupción y la avidez que devastan el mundo se superan con la libertad interior", y ésta "sólo se puede encontrar si Dios se convierte en nuestra riqueza".

  "En segundo lugar -continuó-, el profeta nos muestra que este rey será un rey de paz. (...) En la figura de Jesús esto se concreta en el signo de la Cruz. (...) La nueva arma que Jesús pone en nuestras manos es la Cruz, signo de reconciliación, signo del amor que es más fuerte que la muerte. Cada vez que nos hacemos la señal de la Cruz tenemos que recordar que no nos podemos oponer a la injusticia con otra injusticia, a la violencia con otra violencia. Sólo podemos vencer el mal con el bien y jamás devolviendo mal por mal".

  Refiriéndose a la tercera afirmación del profeta, "el preanuncio de la universalidad",  dijo: "Cristo gobierna haciéndose nuestro pan y entregándose a nosotros. De este modo construye su Reino. (...) Entramos en su reino de paz y aclamamos en él en cierto sentido a nuestros hermanos y hermanas, por quienes viene para crear un reino de paz en este mundo lacerado".

  "Las tres características anunciadas por el profeta -pobreza, paz, universalidad-, están resumidas en el signo de la Cruz. Por este motivo, y con razón, la Cruz se ha convertido en el centro de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Hubo un período -y no ha quedado totalmente superado- en el que se rechazaba el cristianismo precisamente a causa de la Cruz. La Cruz habla de sacrificio, se decía, la Cruz es signo de negación de la vida. Nosotros, sin embargo, queremos la vida entera, sin restricciones y sin renuncias".

  "El domingo de Ramos, sin embargo, nos dice que el auténtico gran "sí" es precisamente la Cruz, que la Cruz es el auténtico árbol de la vida. No alcanzamos la vida adueñándonos de ella, sino dándola. El amor -terminó- es entrega de nosotros mismos y, por este motivo, es el camino de la vida auténtica simbolizada por la Cruz".
HML/DOMINGO RAMOS/...                     VIS 20060410 (600)

ANGELUS: ENTREGA DE LA CRUZ DE LAS JORNADAS DE LA JUVENTUD


CIUDAD DEL VATICANO, 9 ABR 2006 (VIS).-Finalizada la solemne celebración eucarística del Domingo de Ramos, el Papa dirigió unas palabras antes de rezar el Angelus con los peregrinos que llenaban la Plaza de San Pedro.

  Benedicto XVI recordó que al final de la oración mariana, una delegación de jóvenes de Colonia, la ciudad donde se celebró la última Jornada Mundial de la Juventud, entregaría a sus coetáneos de Sydney la Cruz que acompaña esas jornadas y que "Juan Pablo II confío a los jóvenes en 1984 para que la llevasen por el mundo como señal del amor de Cristo por la humanidad", junto con otro de los símbolos de esas jornadas, un icono de la Virgen María.

  "La entrega de la cruz -dijo el Santo Padre- se ha convertido en una tradición (...) sumamente simbólica, que hay que vivir con gran fe, comprometiéndose en recorrer un camino de conversión tras las huellas de Jesús".

  "Esta fe nos la enseña María Santísima, que fue la primera en creer y en llevar su propia cruz junto con el Hijo, experimentando después con El la alegría de la resurrección. Por eso, la cruz de los jóvenes va acompañada  por un  icono de la Virgen, que reproduce el de María "Salus Populi Romani", que se venera en la basílica de Santa María la Mayor, la basílica más antigua dedicada a la Virgen en Occidente".

  La cruz y la imagen de la Virgen viajarán por varios países africanos, dijo el Papa, "para manifestar la cercanía de Cristo y de su Madre a las poblaciones de ese continente,  sometidas a duras pruebas por tantos sufrimientos" y pasarán en el próximo mes de febrero a Oceanía para recorrer después las diócesis australianas y llegar a Sydney en julio de 2008.
ANG/CRUZ:JMJ/...                            VIS 20060410 (320)

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