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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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miércoles, 1 de octubre de 2008

INTENCIONES DE ORACION DEL PAPA PARA EL MES DE OCTUBRE

CIUDAD DEL VATICANO, 1 OCT 2008 (VIS).-La intención general del Apostolado de la Oración del Papa para el mes de octubre es: "Para que el Sínodo de los Obispos ayude a los pastores y los teólogos, a los catequistas y a los animadores, empeñados en el servicio de la Palabra de Dios, a trasmitir con valentía las verdades de la fe, en comunión con toda la Iglesia".

  Su intención misional es: "Para que en este mes dedicado a las misiones, a través de la animación de las Obras Pontificias Misionales y de otros organismos, todas las Comunidades cristianas sientan la necesidad de participar en la misión universal de la Iglesia con la oración, el sacrificio y la ayuda concreta".
BXVI-INTENCIONES ORACION/OCTUBRE/...           VIS 20081001 (130)

COMPORTARSE SIEMPRE SEGÚN LA VERDAD DEL EVANGELIO


CIUDAD DEL VATICANO, 1 OCT 2008 (VIS).-En la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, a la que asistieron 20.000 personas, el Papa continuó con la catequesis sobre San Pablo.

  Benedicto XVI se refirió este miércoles a dos episodios "que demuestran la veneración y al mismo tiempo la libertad con que san Pablo se dirige a Pedro y a los demás apóstoles: el Concilio de Jerusalén y el incidente de Antioquía de Siria, que se narra en la Carta a los Gálatas".

  "Todo Concilio y Sínodo de la Iglesia -dijo el Santo Padre- es un "evento del Espíritu", (…) que obra en toda la Iglesia y conduce a los apóstoles a emprender caminos nuevos para realizar sus proyectos: El es el artífice principal de la edificación de la Iglesia".

  El Papa recordó que en el Concilio de Jerusalén había que "responder a la cuestión sobre si era necesario exigir a los paganos que estaban adhiriendo a Jesucristo, el Señor, la circuncisión o si era lícito dejarles libres de la Ley mosaica, es decir, de la observancia de las normas necesarias para ser hombres justos conforme a la ley, sobre todo libres de las normas concernientes a la pureza cultual, a los alimentos puros e impuros y al sábado".

  "Si para Lucas -afirmó- el Concilio de Jerusalén expresa la acción del Espíritu, para Pablo representa el decisivo reconocimiento de la libertad compartida entre todos los que participaron: una libertad con respecto a las obligaciones de la circuncisión y de la Ley".

  Sin embargo, continuó el Santo Padre, "la libertad cristiana nunca de identifica con el libertinaje o con el arbitrio de hacer lo que uno quiere, sino que se realiza en la conformidad con Cristo, y por tanto, en el servicio auténtico a los hermanos, especialmente a los más necesitados".

  Refiriéndose en este contexto a la colecta que san Pablo organizó para los pobres de Jerusalén, Benedicto XVI subrayó que "expresaba la deuda de sus comunidades con la Iglesia madre de Palestina, de la que habían recibido el don del Evangelio".

  El Papa dijo que el episodio del incidente de Antioquia de Siria entre Pedro y Pablo, fue provocado por la decisión del primero de no compartir la mesa con los paganos "para no escandalizar a los que seguían observando las leyes de la pureza de los alimentos".

  "En realidad, las preocupaciones de Pablo, por una parte, y de Pedro y Bernabé, por otra, eran distintas: para estos últimos, la separación de los paganos representaba un modo para tutelar y no escandalizar a los creyentes provenientes del judaísmo; para Pablo constituía, sin embargo, un peligro de mal entendimiento de la salvación universal en Cristo que se ofrece tanto a los paganos como a los judíos", ya que "la justificación se realiza solo en virtud de la fe en Cristo; no es obra de la Ley".

  Benedicto XVI afirmó que a mediados de los años 50, Pablo "se encuentra ante una situación similar, y pide a los fuertes que no tomen alimentos impuros para no perder o para no escandalizar a los débiles. (...) El incidente de Antioquía fue, por tanto, una lección tanto para Pedro como para Pablo. Solo el diálogo sincero, abierto a la verdad del Evangelio, pudo orientar el camino de la Iglesia".

  "Es una lección -concluyó el Papa- que tenemos que aprender también nosotros: con los carismas diversos confiados a Pedro y a Pablo, dejémonos guiar por el Espíritu, tratando de vivir en la libertad, que encuentra su orientación en la fe en Cristo y se concreta en el servicio a los hermanos. Es esencial ser cada vez más conformes con Cristo. De este modo somos realmente libres y así se expresa en nosotros el núcleo más profundo de la ley: el amor a Dios y al prójimo".
AG/SAN PABLO/…                                VIS 20081001 (650)


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