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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 26 de septiembre de 2011

OTROS ACTOS PONTIFICIOS


CIUDAD DEL VATICANO, 26 SEP 2011 (VIS).-El Santo Padre ha nombrado Arzobispo de Lublin (superficie: 9.108; población: 1.154.267; católicos: 1.128.233; sacerdotes: 1.328; religiosos: 1.043), en Polonia, a Mons. Stanislaw Budzik, hasta ahora Auxiliar de Tarnóv.

  Mons. Budzik nació en 1952 en Lekawica (Polonia), y fue ordenado sacerdote en 1977. Doctor en Teología Dogmática, ha sido director de la Caritas diocesana y de la editorial diocesana Biblos. Desde 1999 y durante cinco años, fue Rector del Seminario Mayor de Tarnóv, y en el 2004 fue nombrado obispo Auxiliar de la misma diócesis. Desde el 2007 es Secretario General de la Conferencia Episcopal polaca.
NA/             VIS 20110926 (110)

BENEDICTO XVI CONCLUYE SU VISITA MANIFESTANDO SU CONFIANZA EN EL FUTURO DEL CRISTIANISMO EN ALEMANIA

CIUDAD DEL VATICANO, 26 SEP 2011 (VIS).- A las 18,00 de ayer domingo el Papa se trasladó en automóvil al aeropuerto de Lahr, distante 50 kilómetros de Friburgo para emprender el regreso a Italia. En la ceremonia de despedida, presidida por el Presidente Federal Christian Wulff, a quien el Papa dio las gracias nuevamente por su acogida, estuvieron presentes diversos representantes del episcopado alemán, de las autoridades civiles y numerosos fieles.

 “Antes de dejar Alemania, quiero dar las gracias por los días pasados en mi patria, tan conmovedores y ricos de acontecimientos”, dijo el Santo Padre, recordando a continuación los momentos más importantes de su visita apostólica.

 “En Berlín, la capital federal, tuve una ocasión especial de hablar ante los parlamentarios del Deutscher Bundestag y exponerles algunas reflexiones sobres los fundamentos intelectuales del Estado. Recuerdo también con alegría  los fructuosos coloquios con el Presidente Federal y la Señora Canciller sobre la situación actual del pueblo alemán y de la comunidad internacional. Me ha emocionado particularmente la acogida cordial y el entusiasmo de tantas personas en Berlín”.

“En el País de la Reforma –prosiguió- el ecumenismo ha sido naturalmente uno de los puntos centrales del viaje. Quisiera resaltar aquí el encuentro con los representantes de la “Iglesia Evangélica en Alemania” en el que fue convento agustino, en Erfurt. Estoy profundamente agradecido por el intercambio fraterno y la oración común. Ha sido muy especial también el encuentro con los cristianos ortodoxos y ortodoxos orientales, así como con los judíos y los musulmanes”.

“Obviamente, esta visita estaba dirigida en manera especial a los católicos de Berlín, Erfurt, Eichsfeld y Friburgo. Recuerdo con agrado (...) el escuchar juntos la Palabra de Dios y el rezar unidos, particularmente en las zonas del País donde por decenios se ha intentado eliminar la religión de la vida de las gentes. Esto me permite tener confianza en el futuro del cristianismo en Alemania. Como en las visitas precedentes, aquí se ha podido experimentar que muchos dan testimonio de su fe y hacen visible su fuerza transformadora en el mundo de hoy”.

  “Me ha alegrado mucho también, tras la impresionante Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, estar de nuevo en Friburgo, con tantos jóvenes, en la vigilia de la juventud de ayer. Animo a la Iglesia en Alemania a seguir con fuerza y confianza el camino de la fe, que hace volver a las personas a las raíces, al núcleo esencial de la Buena Noticia de Cristo. Surgirán pequeñas comunidades de creyentes, y ya existen, que con el propio entusiasmo difundan rayos de luz en la sociedad pluralista, suscitando en otros la inquietud de buscar la luz que da la vida en abundancia.(...) “Donde está Dios, allí hay futuro”. Donde Dios está presente, allí hay esperanza y allí se abren nuevas prospectivas y con frecuencia insospechadas, que van más allá del hoy y de las cosas efímeras. En este sentido acompaño, con el pensamiento y la oración, el camino de la Iglesia en Alemania”.

  Terminada la ceremonia el Santo Padre se embarcó a las 19,15 y aterrizó a las 20,45 en el aeropuerto de Fiumicino desde donde se desplazó en automóvil al palacio apostólico de Castel Gandolfo.
PV-ALEMANIA/        VIS 20110926 (540)

ES HORA DE ELIMINAR DE LA IGLESIA TODO LO MUNDANO

CIUDAD DEL VATICANO, 26 SEP 2011 (VIS).-A las cinco de la tarde de ayer domingo, en la Konzerthaus de Friburgo, el Santo Padre mantuvo un encuentro con representantes de las asociaciones católicas comprometidas con la Iglesia y la sociedad.

  Tras agradecer a los presentes su servicio y testimonio cristianos, tareas “no siempre fáciles en la actualidad”, Benedicto XVI señaló que “desde hace algunos decenios, asistimos a una disminución de la práctica religiosa, constatamos un creciente distanciarse de una parte notable de los bautizados de la vida de la Iglesia. Surge entonces la pregunta: ¿La Iglesia no debe quizá cambiar?”.

  El Santo Padre recordó que ‘Iglesia’ no es sinónimo de jerarquía, el Papa y los Obispos; “Iglesia somos todos nosotros, los bautizados. (…) Sí, hay razones para un cambio. Existe una necesidad de cambio”. Por un lado, “cada cristiano y la comunidad de los creyentes están llamados a una continua conversión”. Por lo que se refiere a la Iglesia, “el motivo fundamental del cambio es la misión apostólica de los discípulos y de la propia Iglesia”.

  “De hecho –continuó el Pontífice- la Iglesia debe verificar constantemente su fidelidad a esta misión”, cuyo mandato comprende tres aspectos: ser testigos, hacer discípulos en todos los pueblos y proclamar el Evangelio. Esta misión deriva “del misterio del Dios Uno y Trino, del misterio de su amor creador”. La Iglesia “no posee nada autónomo ante Aquél que la ha fundado. Encuentra su sentido exclusivamente en el compromiso de ser instrumento de la redención, de difundir en el mundo la palabra de Dios y transformarlo introduciéndolo en la unión de amor con Dios”.

  Sin embargo, a lo largo de la historia de la Iglesia se ha manifestado también “una tendencia contraria: la de una Iglesia que se acomoda en este mundo, se hace autosuficiente y se adapta a los criterios del mundo. Da así más importancia a la organización y la institucionalización”  que a su deber de abrirse a las preocupaciones del mundo.

  El Papa afirmó que “para responder a su verdadera tarea, la Iglesia ha de renovar siempre el esfuerzo de separarse de la mundanidad del mundo. (…) En un cierto sentido, la historia acude en ayuda de la Iglesia a través de las diversas épocas de secularización que han contribuido de modo esencial a su purificación y reforma interior”.

  “Efectivamente, las secularizaciones –ya fueran la expropiación de bienes de la Iglesia o la cancelación de privilegios o cosas similares- significaron en cada ocasión una profunda liberación de la Iglesia de formas de mundanidad: se despojaba, por así decir, de su riqueza terrena y volvía a abrazar plenamente su pobreza terrena”. Al librarse de sus ataduras materiales, “su acción misionera volvía a ser creíble”.

  Benedicto XVI recordó que los ejemplos históricos muestran que una Iglesia despegada del mundo puede dar un testimonio misionero más claro. “Liberada de su carga material y política, la Iglesia puede dedicarse mejor y de modo verdaderamente cristiano al mundo entero, puede abrirse verdaderamente al mundo”.

  Para el Pontífice, ante el complejo momento actual “no se trata de encontrar una nueva táctica para relanzar la Iglesia. Se trata más bien de abandonar todo lo que es solamente táctica y buscar la plena sinceridad, que no descuida ni reprime ningún aspecto de la verdad de nuestro hoy, sino que realiza la fe plenamente (…) eliminando de ella lo que sólo aparentemente es fe, pero que en realidad es convención y costumbre”.

  “Digámoslo con otras palabras –prosiguió Benedicto XVI- la fe cristiana es para el hombre un escándalo siempre, y no sólo en nuestro tiempo. (…) Este escándalo, que no puede abolirse si no que quiere abolir el cristianismo, lamentablemente ha sido ofuscado recientemente por otros escándalos dolorosos de quienes debían anunciar la fe. Se crea una situación peligrosa cuando estos escándalos (…) esconden la verdadera exigencia cristiana detrás de la inadecuación de sus mensajeros”.

  “Hay una razón más para afirmar que ha llegado nuevamente la hora de eliminar valientemente de la Iglesia lo que hay de mundano (…) Una Iglesia aligerada de los elementos mundanos es capaz de comunicar a los hombres (…) la especial fuerza vital de la fe cristiana. (…) Estar abiertos a los acontecimientos del mundo significa, por tanto, para la Iglesia desligada del mundo, testimoniar según el Evangelio, con palabras y obras aquí y hoy, el predominio del amor de Dios”.
PV-ALEMANIA/           VIS 20110926 (730)
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