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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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viernes, 30 de enero de 2015

Francisco recuerda la ''inmensa tragedia'' de Siria e Iraq


Ciudad del Vaticano, 30 de enero 2015 (VIS).-El Papa ha recibido esta mañana en la Sala del Consistorio a treinta representantes de la Comisión conjunta internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas Orientales, constituida en 2003 siguiendo la iniciativa del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y de las autoridades eclesiásticas de la familia de las Iglesias Ortodoxas Orientales. En los últimos diez años, la Comisión, , siguiendo un enfoque histórico, ha examinado los caminos a través de los cuales las Iglesias han expresado su comunión en los primeros siglos y su significado en la búsqueda de la comunión en nuestros días. En su último encuentro ese organismo profundizado sobre la naturaleza de los sacramentos, especialmente del Bautismo.

Francisco recordó a este propósito la figura de un gram inspirador de este diálogo, Su Santidad Ignacio Zakka l Iwas, Patriarca de la Iglesia Siro Ortodoxa de Antioquía y de todo Oriente, fallecido el año pasad,o y se unió a la oración del clero y los fieles por ese ''entregado servidor de Dios''.

''En este momento, en particular -añadió- compartimos la consternación y el dolor por lo que está sucediendo en Oriente Medio, sobre todo en Iraq y Siria. Recuerdo a todos los habitantes de la región, comprendidos nuestros hermanos cristianos y a las muchas minorías, que viven las consecuencias de un conflicto extenuante. Todos los días rezo con vosotros para que se encuentre pronto una solución negociada, suplicando la bondad y la piedad de Dios para todos los sacudidos por esta inmensa tragedia. Todos los cristianos están llamados a trabajar juntos, con aceptación y confianza mutuas, para servir a la causa de la paz y de la justicia. ¡Que la intercesión y el ejemplo de los muchos mártires y santos que han dado valeroso testimonio de Cristo en todas nuestras Iglesias os sostengan y refuercen, tanto a vosotros como a vuestras comunidades cristianas!''.


Telegrama del Papa por la explosión en la maternidad mexicana de Cuajimalpa


Ciudad del Vaticano, 30 de enero 2015 (VIS).-El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, ha enviado en nombre del Santo Padre, un telegrama al cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México (México) , con motivo de la explosión en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, producida ayer durante el abastecimiento de combustible al centro y que ha ocasionado diversos muertos y numerosos heridos, entre ellos muchos niños.


El Papa, ''vivamente apenado por esa dolorosa noticia'' - dice el texto- ofrece sufragios por el eterno descanso de los difuntos y quiere transmitir su sentido pésame a los familiares de los fallecidos, ''junto con expresiones de consuelo, viva solicitud y deseo de pronto restablecimiento de los heridos, mientras imparte de corazón la confortadora bendición apostólica, como signo de esperanza en el Señor Resucitado''.

Intenciones de Oración del Papa para el mes de febrero


Ciudad del Vaticano, 30 enero 2015 (VIS).-La intención universal del apostolado de la oración del Santo Padre para el mes de febrero de 2015 es: “Para que los encarcelados, en especial los jóvenes, tengan la posibilidad de reconstruir una vida digna”.


Su intención evangelizadora es: “Para que los cónyuges que se han separado encuentren acogida y apoyo en la comunidad cristiana”.

El Maestro de las Ceremonias Pontificias explica las nuevas modalidades de imposición del palio


Ciudad del Vaticano, 30 de enero 2015 (VIS).-El Maestro de las Ceremonias Pontificias, monseñor Guido Marini, en una carta enviada a todas las nunciaturas apostólicas el pasado 12 de enero, comunicaba la decisión del Papa Francisco de modificar la modalidad de entrega del palio a los arzobispos metropolitanos nombrados en el curso del año. A partir de este año, la pieza de lana blanca, que simboliza la oveja sobre los hombros de Jesús, será entregada y no ''impuesta'' por el Santo Padre el 29 de junio, como es tradición, en la festividad de los santos Pedro y Pablo. El palio será impuesto a los nuevos arzobispos en sus diócesis de origen por los nuncios apostólicos locales.

Ayer, en una entrevista a Radio Vaticano, monseñor Marini explicaba el significado de la decisión del Pontífice, señalando que a partir del próximo 29 de junio, los arzobispos metropolitanos ''como de costumbre, estarán presentes en Roma, concelebrarán con el Santo Padre, participarán en el rito de la bendición de los palios, pero no habrá imposición: recibirán del Santo Padre, de una manera más sencilla y privada, el palio a ellos destinado. La imposición se efectuará en sus diócesis de pertenencia, es decir, posteriormente, en presencia de los fieles de la Iglesia local y en particular de los obispos de las diócesis sufragáneas acompañados de sus fieles''.


La clave de esta modificación, continuó el Maestro de las Ceremonias Pontificias, es ''resaltar la relación de los arzobispos metropolitanos -los nuevos nombrados- con su Iglesia local y ,por lo tanto , la de dar a sus fieles la posibilidad de estar presentes en este rito tan significativo para ellos y particularmente a los obispos de la diócesis sufragáneas, que de este modo pueden participar en el acto de la imposición. En este sentido, se mantiene todo el significado de la celebración del 29 de junio que subraya la relación de comunión, incluida la comunión jerárquica, entre el Santo Padre y los nuevos arzobispos y al mismo tiempo se añade, con un gesto importante, este lazo con la Iglesia local... Es un gesto muy hermoso que enriquece el sentido de comunión y acompaña al otro (la entrega del palio n.d.r) que permanece en toda su entereza y profundidad''.

Audiencias


Ciudad del Vaticano, 30 enero 2015 (VIS).-El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencias separadas:

-Arzobispo Vincenzo Paglia, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia.

-Obispo Pietro Lagnese, de Ischia (Italia).

-Francesco Maria Greco, embajador de Italia, en visita de despedida.


-Coronel Daniel Rudolf Anrig, Comandante del Cuerpo de la Guardia Suiza Pontificia, en visita de despedida. 

jueves, 29 de enero de 2015

Audiencias

Ciudad del Vaticano, 29 de enero 2015 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en audiencias separadas:

-Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

-Arzobispo Jan Romeo Pawłowski, nuncio apostólico en la República del Congo y en Gabon

-Arzobispo Walmor Oliveira de Azevedo, de Belo Horizonte (Brasil)

-Obispo Guglielmo Borghetti, coadjutor de Albenga-Imperia (Italia)

-Germán Cardona Gutiérrez, embajador de Colombia, en visita de despedida

-Senador Claudio Zin, con una delegazione parlamentaria italo-latino americana .

Ayer, 28 de enero, recibió en audiencia al cardenal Lorenzo Baldisseri, acompañado por el obispo Fabio Fabene, respectivamente Secretario general y Subsecretario del Sínodo de los Obispos.

Otros Actos Pontificios

Ciudad del Vaticano, 29 de enero 2015 (VIS).- El Santo Padre nombró al reverendo padre Jean Bertin Nadonye Ndongo OFM Cap como obispo de la diócesis de Lolo (superficie 10.000, población 220.000, católicos 195.000, sacerdotes 22, religiosos 25) en la República Democrática del Congo. El obispo electo nació en 1965 en Botuzu (República Democrática del Congo), pronunció los votos perpetuos en 1992 y fue ordenado sacerdote en 1993. Es licenciado en Teología. Durante su ministerio pastoral ha sido entre otros, vicario parroquial. Maestro de novicios, párroco, rector de la Maison d'études en Kinshasa, ministro provincial de su orden y presidente de la Conferencia de los Capuchinos de África Central y Occidental, presidente de la ASUMA (Asamblea de los Superiores Mayores). Actualmente era Definidor General de los Padres Capuchinos Menores en Roma Sucede al obispo Ferdinand Maemba Liwonke cuya renuncia al gobierno pastoral de la diócesis fue aceptada por límite de edad.

miércoles, 28 de enero de 2015

Audiencia general: La responsabilidad del padre y el sentimiento de orfandad de los hijos


Ciudad del Vaticano, 28 de enero 2015 (VIS).-El Papa Francisco -retomando el tema de la familia- dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a la figura del padre. ''Una palabra más que ninguna otra significativa para nosotros, los cristianos, porque es el nombre con el cual Jesús nos enseñó a llamar a Dios'', dijo el Santo Padre a los miles de fieles reunidos en el Aula Pablo VI.

''Padre es una palabra universal, conocida por todos. Indica una relación fundamental cuya realidad es tan antigua como la historia del hombre -prosiguió- Sin embargo, en nuestros días, se ha llegado a hablar de una sociedad sin padres. En otros términos, en particular en la cultura occidental, la figura del padre, simbólicamente, estaría ausente, como desvanecida''.

''En un primer momento este dato se percibió como una liberación -explicó Francisco- , liberación del padre-patrón, del padre como representante de la ley que se impone desde fuera, del padre como censor de la felicidad de los hijos y como obstáculo a la emancipación y autonomía de los jóvenes. En efecto en el pasado en algunas casas reinaba el autoritarismo, en algunos casos incluso la vejación: padres que trataban a sus hijos como si fueran sus siervos, sin respetar las exigencias personales de su crecimiento; padres que no les ayudaban a emprender su camino con libertad, a asumir sus responsabilidades para construir su futuro y el de la sociedad''.

''Y como sucede a menudo, hemos pasado de un extremo a otro. El problema de nuestros días -observó el Papa- ya no es tanto la presencia invasora de los padres, sino su ausencia...Los padres están tan concentrados a veces sobre sí mismos, sobre su trabajo y su realización individual que se olvidan hasta de la familia. Y dejan solos a los niños y a los jóvenes....Ahora, en este camino común de reflexión sobre la familia quisiera decir a todas las comunidades cristianas que tenemos que estar más atentos: la ausencia de la figura paterna en la vida de los pequeños y los jóvenes causa lagunas y heridas que pueden llegar a ser muy graves. Y, efectivamente, las desviaciones de los niños y los adolescentes pueden, en buena parte, reconducirse a esta ausencia, a la carencia de ejemplos y guias en la vida de todos los días, a la falta de cercanía, a la falta de amor de sus padres''.

''El sentimiento de orfandad que viven hoy muchos jóvenes es más profundo de lo que pensamos. Se sienten huérfanos en la familia porque a menudo los papás están ausentes, incluso físicamente, de casa, pero sobre todo porque cuando están en ella no se portan como padres, no hablan con sus hijos... no les dan con su ejemplo acompañado por sus palabras, esos principios, esos valores, esas normas de vida que necesitan tanto como el pan... Algunas veces parece que los padres no sepan muy bien cual es su sitio en la familia y cómo educar a sus hijos. Y, entonces, ante la duda, se abstienen, se retiran y descuidan su responsabilidad, refugiándose a veces en una improbable relación ''de igual a igual'' con sus hijos''.

Pero también la comunidad civil, con sus instituciones ''tiene una cierta responsabilidad -podríamos decir paterna- con los jóvenes, una responsabilidad que a veces descuida o ejerce mal, dejándolos también huérfanos sin proponerles una perspectiva verdadera. Así, los jóvenes se convierten en huérfanos de caminos seguros que recorrer, huérfanos de maestros de los que fiarse, húerfanos de ideales que calienten el corazón, de valores y de esperanzas que los sostengan. Los llenan, en cambio, de ídolos pero les roban el corazón; les empujan a soñar con diversiones y placeres, pero no les dan trabajo; se les ilude con el dios-dinero, negándoles la riqueza verdadera''.

''Por eso, nos hará bien a todos, padres e hijos, volver a escuchar la promesa que Jesús hizo a sus discípulos: ''No os dejaré huérfanos''. El es, efectivamente, el Camino que recorrer, el Maestro que escuchar, la Esperanza de que el mundo puede cambiar, de que el amor vence al odio, de que puede haber un futuro de fraternidad y esperanza para todos'', concluyó Francisco advirtiendo que si esta vez había abordado sólo los aspectos más criticables de la figura del padre en la próxima catequesis hablaría de la belleza de la paternidad. ''Por eso -dijo- he elegido empezar por la oscuridad para llegar a la luz.¡Que el Señor nos ayude a entender bien estas cosas¡''.



Otros Actos Pontificios


Ciudad del Vaticano, 28 enero 2015 (VIS).- El Santo Padre:

-Nombró al reverendo César Alcides Balbín Tamayo como obispo de Caldas (superficie 1.395, población 260.000, católicos 250.000, sacerdotes 61, religiosos 76) en Colombia. El obispo electo nació en 1958 en Santa Rosa de Osos (Colombia), y fue ordenado sacerdote en 1985. Es licenciado en Teología Moral, Filosofía y Ciencias de la Educación Religiosa, con Máster en Business Administration. Durante su ministerio pastoral ha sido entre otros, párroco, vicario parroquial de varias parroquias, rector de seminario, administrador y director financiero de la Conferencia Episcopal de Colombia. Sucede al obispo José Soleibe Arbeláez, cuya renuncia al gobierno pastoral de la diócesis fue aceptada por límite de edad.


-Aceptó la renuncia por límite de edad del obispo Egon Kapellari, al gobierno pastoral de la diócesis de Graz-Seckau en Austria.

martes, 27 de enero de 2015

Mensaje del Papa para la Cuaresma de 2015: Fortalezcan sus corazones

Ciudad del Vaticano, 27 de enero 2015 (VIS).-Ofrecemos a continiuación el Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2015 cuyo título es ''Fortalezcan sus corazones''. El documento está fechado en el Vaticano el 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís.

La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un ''tiempo de gracia'' . Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: ''Nosotros amemos a Dios porque él nos amó primero'' . Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen… Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.

Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más urgentes sobre los que quiero detenerme en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.

La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan.

Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la muerte y resurrección del Hijo de Dios, se abre definitivamente la puerta entre Dios y el hombre, entre el cielo y la tierra. Y la Iglesia es como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la Palabra, la celebración de los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa por la caridad . Sin embargo, el mundo tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo en Él. Así, la mano, que es la Iglesia, nunca debe sorprenderse si es rechazada, aplastada o herida.
El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.

1. ''Si un miembro sufre, todos sufren con él'' – La Iglesia

La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres. Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen “parte” con Él y así pueden servir al hombre.

La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. ''Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran con él'' .

La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los santos, pero a su vez porque es comunión de cosas santas: el amor de Dios que se nos reveló en Cristo y todos sus dones. Entre éstos está también la respuesta de cuantos se dejan tocar por ese amor. En esta comunión de los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para todos. Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer algo también por quienes están lejos, por aquellos a quienes nunca podríamos llegar sólo con nuestras fuerzas, porque con ellos y por ellos rezamos a Dios para que todos nos abramos a su obra de salvación.

2. ''¿Dónde está tu hermano?'' – Las parroquias y las comunidades

Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida de las parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? .

Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es preciso superar los confines de la Iglesia visible en dos direcciones.

En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima: ''Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia y para las almas''..

También nosotros participamos de los méritos y de la alegría de los santos, así como ellos participan de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación. Su alegría por la victoria de Cristo resucitado es para nosotros motivo de fuerza para superar tantas formas de indiferencia y de dureza de corazón.

Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres.

Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere llevar toda la realidad y cada hombre al Padre. La misión es lo que el amor no puede callar. La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1,8). Así podemos ver en nuestro prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió y resucitó. Lo que hemos recibido, lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos poseen es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.

3. ''Fortalezcan sus corazones'' – La persona creyente

También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia?

En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia —también a nivel diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la oración.

En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos.

Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo Benedicto XVI . Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.

Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma: “Fac cor nostrum secundum Cor tuum”: “Haz nuestro corazón semejante al tuyo”. De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia.

Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente y toda comunidad eclesial recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.



La indiferencia, tema clave del Mensaje del Papa para la Cuaresma de 2015

Ciudad del Vaticano, 27 de enero 2015 (VIS).-Esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, monseñor Giampietro Dal Toso, Secretario del Pontificio Consejo ''Cor Unum'' ha ilustrado el contenido del Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de 2015, explicando que su tema central es la indiferencia, un argumento ya abordado en diversas ocasiones por el Papa que ha hablado de la ''globalización de la indiferencia'', como hizo también el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado en su discurso ante la ONU el pasado mes de septiembre, cuando equiparó la indiferencia a la apatía que a veces es ''sinónimo de irresponsabilidad''

La indiferencia es, por lo tanto ''un concepto importante para comprender diversos fenómenos del mundo moderno insertándolo en una lectura, sin duda parcial, de una cierta cultura. La indiferencia proviene de una falta de diferencia. De una no consideración de la diferencia''. Y ese concepto, agregó el prelado, se puede aplicar en tres niveles: interpersonal, cultural y metafísico. A nivel interpersonal, ''el juego entre diferencia e indiferencia es más fácil de entender. Por un lado se marca mucho la diferencia para provocar la separación. Por otro, la falta de atención a la diferencia entre el otro y yo, engloba al otro en mis parámetros y así lo cancela''.

''En el ámbito cultural, es decir en el aire que respiramos y que contribuye a forjar nuestro pensamiento y nuestro juicio, -prosiguió- me parece notar una indiferencia a los valores que no atañe solo a su ignorancia u observancia incompleta, sino sobre todo a la falta de juicio acerca de ellos. Así, cada elección es intercambiable, cada opción viable, cualquier evaluación sobre el bien y el mal, sobre lo verdadero y lo falso, inútil. Porque si no hay ninguna diferencia, todo es igual y, por lo tanto, no es lícito proponer algo que sea más adecuado o menos adecuado a la naturaleza de la persona. En mi opinión, la homologación global, la nivelación de los valores que procede de la ausencia de diferencias, está unida a la experiencia de muchos de nuestros contemporáneos acerca de la falta de sentido. Si todo es igual, si nada es diferente y, por tanto, más o menos válido, ¿en qué puedes invertir tu vida? Si todo es lo mismo, quiere decir que en realidad nada tiene valor''.

En el tercer nivel, el de los principios, o si se quiere el metafísico, se encuentra la mayor indiferencia, ''la forma más patente de falta de atención a la diferencia, que es la indiferencia hacia Dios y, por tanto, la falta de atención a la diferencia entre el Creador y la criatura, que tanto perjudica a la humanidad moderna porque la lleva a creerse dios, mientras continuamente choca con sus limitaciones''.

Monseñor Dal Toso abordó a continuación esta globalización de la indiferencia no sólo como un fenómeno geográfico, sino como ''un fenómeno cultural que se expande a medida que se impone una cierta concepción del mundo (Weltanschauung) occidental; y que no está solamente ligado a las relaciónes, sino que es una actitud existencial''. Ahora bien ''la Iglesia -puntualizó- no denuncia ciertas situaciones simplemente para estigmatizarlas, sino para ofrecer también vías para sanarlas. Por eso, la Cuaresma es siempre un tiempo de conversión, es decir de cambio y renovación, para superar esta globalización de la indiferencia y para entrar en una nueva fase, donde reconocemos la diferencia entre yo y el otro; entre un estilo de vida y otra; entre Dios y yo. También el Mensaje de Cuaresma de este año propone tres ámbitos para superar la indiferencia: la Iglesia, la comunidad y el individuo''.


El Papa habla de la conversión necesaria y del nuevo corazón que puede latir dentro de nosotros. ''Toda reconstrucción social y toda renovación cultural, pasa a través del cambio individual -especificó el Secretario de Cor Unum- Y el evangelio nos da las claves para conseguir ese cambio, que a su vez afecta a todo el tejido social. Pero cuidado: La conversión no halla su objetivo en una sociedad mejor, sino en el conocimiento de Cristo y en parecerse a El. Como vemos muy bien en el magisterio de Francisco, se nos llama a superar una fe funcional a la atención y al bienestar personales. La indiferencia nace de una actitud de vida para la cual la alteridad no supone la diferencia y por lo tanto la persona se cierra sobre sí misma. Incluso la fe puede instrumentalizarse en esta búsqueda de uno mismo. El camino es, por tanto, ir más allá, salir de sí mismo, vivir la fe mirando a Cristo, y encontrar en El al Padre y a los hermanos que nos esperan''.

El segundo ámbito atañe a las comunidades cristianas, llamadas a ser ''islas de misericordia en un mundo dominado por la globalización de la indiferencia. Hay una distinción entre la Iglesia y el mundo, entre la ciudad celestial y la ciudad terrena, que debe ser cada vez más patente. Transformar nuestros lugares cristianos - parroquias, comunidades, grupos - en lugares donde se manifiesta la misericordia de Dios. Frente a la globalización de la indiferencia, algunos podrían desanimarse, porque puede parecer que no puede cambiar nada, dado que nos hallamos en un enorme proceso social y económico que está más allá de nuestro alcance. En cambio no es así: la comunidad cristiana ya puede vivir superando la indiferencia, ya puede mostrar al mundo que se puede vivir de otra manera, ya puede convertirse en aquella ciudad sobre el monte de la que habla el Evangelio. Desde esta Cuaresma la vida cristiana en comunidad, donde uno vive para el otro, puede no ser una quimera, sino una realidad viva, no un sueño lejano, sino un signo vivo de la presencia de la misericordia de Dios en Cristo''.

El tercer nivel es el de la Iglesia en su realidad global. ''Desafortunadamente -constató Dal Toso- tendemos a ver en la Iglesia sólo una institución, una estructura. En cambio es el cuerpo vivo de los que creen en Cristo. Y esta totalidad es la que tiene que renovarse. Al ser un cuerpo, muestra de estar vivo porque cambia, crece, se desarrolla. En este cuerpo los miembros se cuidan entre sí''.

Por último el prelado recordó que Cor Unum siempre se ha hecho instrumento de la cercanía del Papa a los últimos, demostrándolo con tres recientes ejemplos: el encuentro organizado junto a la Comisión para América Latina con los diferentes organismos involucrados en la reconstrucción de Haití, durante el que se hizo un balance de la ayuda prestada por la Iglesia Católica a ese país en los cinco años siguientes al terremoto estimada en 21, 5 millones de dólares. La crisis humanitaria en Oriente Medio, especialmente en Siria e Irak, ''donde las grandes víctimas de estas guerras son las personas, especialmente las minorías más vulnerables, como los cristianos, que vuelven a ser la carta que juegan los potentes''. Sin olvidar el reciente viaje del Papa a Filipinas donde se ha visto concretamente ''lo que significa fortalecer los corazones donde no quedaría nada que esperar''. En Tacloban, donde estuvo el Papa, Cor Unum ha construido un gran centro de servicios para jóvenes y mayores, que lleva el nombre de Francisco. ''Nuestro dicasterio -concluyó- quiere ser una gran expresión global de cómo la Iglesia es un cuerpo en el que cada miembro puede experimentar la caridad del otro''.

Celebraciones presididas por el Papa: Febrero - Abril 2015

Ciudad del Vaticano, 27 enero 2015 (VIS).- La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha hecho público el calendario de las celebraciones que presidirá el Santo Padre durante los meses de enero y febrero:

FEBRERO

-Lunes 2: Fiesta de la Presentación del Señor y XIX Jornada Mundial de la Vida Consagrada. A las 17.30 horas, en la Basílica Vaticana, Santa Misa con los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica.

-Domingo 8: Visita pastoral a la parroquia romana ''San Miguel Arcángel en Pietralata'' a las 16 horas.

-Sábado 14: A las 11 horas, en la Basílica Vaticana, Consistorio Ordinario público para la creación de nuevos cardenales y para algunas causas de Canonización.

-Domingo 15: A las 10 horas, en la basílica de San Pedro, Capilla Papal, Santa Misa con los nuevos cardenales.

-Miércoles 18 de Ceniza: En la basílica de San Anselmo, a las 16.30, Statio y procesión penitencial. En la Basílica de Santa Sabina, a las 17.00, Santa Misa con bendición e imposición de la ceniza.

-Domingo 22, I de Cuaresma : En Ariccia (Italia). Inicio de los ejercicios espirituales para la Curia romana.

-Viernes 27: Conclusión de los ejercicios espirituales para la Curia romana.

MARZO

-Domingo 8, III de Cuaresma: A las 16 horas, visita pastoral a la parroquia romana ''Santa María Madre del Redentor''.

-Viernes 13: En la basílica Vaticana, a las 17 horas, Liturgia Penitencial.

-Sábado 21: Visita parroquial a Nápoles - Pompeya.

-Domingo 29, de Ramos y de la Pasión del Señor: A las 9.30, en la Plaza de San Pedro bendición de los ramos, procesión y Santa Misa.

ABRIL

-2, Jueves Santo: En la Basílica Vaticana, a las 9.30, Santa Misa del Crisma.

-3, Viernes Santo: A las 17.00, en la Basílica Vaticana, Celebración de la Pasión del Señor. A las 21.15, en el Coliseo, Via Crucis.

-4, Sábado Santo: A las 20.30,en la basílica de San Pedro, Vigilia Pascual en la Noche Santa.

-5, Domingo de Pascua: En la Plaza de San Pedro, a las 10.15, Santa Misa. A las 12.00, Bendición "Urbi et Orbi".

-12, II domingo de Pascua (o de la Misericordia). En la Basílica Vaticana, a las 10,00 Santa Misa para los fieles de rito armenio.

lunes, 26 de enero de 2015

Solemnidad de la Conversión de San Pablo: ''Todos estamos al servicio del único y mismo Evangelio''


Ciudad del Vaticano, 26 de enero 2014 (VIS).- El Santo Padre presidió ayer tarde en la basílica de San Pablo Extramuros la celebración de las segundas vísperas en la solemnidad de la Conversión de San Pablo para clausurar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos cuyo tema este año ha sido ''Dame de beber'' (San Juan 4,7).

El rito contó con la presencia de los representantes de otras Iglesias y comunidades eclesiales presentes en Roma y concluyó con la bendición apostólica. En su homilía, que ofrecemos a continuación, Francisco resaltó que la sed de Jesús -de la que habla el relato evangélico de la samaritana - va más allá de la sed física. “Es también sed de encuentro, deseo de entablar un diálogo con aquella mujer, ofreciéndole así la posibilidad de un camino de conversión interior''.

''En viaje desde Judea a Galilea -dijo el Papa- Jesús pasó por Samaría. Él no tiene ninguna dificultad en encontrarse con los samaritanos, considerados herejes, cismáticos, separados de los judíos. Su actitud nos dice que confrontarse con los que son diferentes de nosotros puede hacernos crecer.

''Jesús, cansado del viaje, no duda en pedir de beber a la mujer samaritana. Su sed, sin embargo, va mucho más allá de la sed física: es también sed de encuentro, deseo de entablar un diálogo con aquella mujer, ofreciéndole así la posibilidad de un camino de conversión interior. Jesús es paciente, respeta a la persona que tiene ante él, se revela a ella gradualmente. Su ejemplo alienta a buscar una confrontación pacífica con el otro. Para entenderse y crecer en la caridad y en la verdad, es preciso detenerse, acogerse y escucharse. De este modo, se comienza ya a experimentar la unidad. La unidad se hace en el camino, nunca se queda parada. La unidad se hace caminando''.

La mujer de Sicar pregunta a Jesús sobre el verdadero lugar de adoración a Dios y ''Jesús no toma partido en favor del monte o del templo, sino que va a lo esencial, derribando todo muro de separación. Él se refiere a la verdad de la adoración: ''Dios es espíritu, y los que adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad''. Muchas controversias entre los cristianos, heredadas del pasado, pueden superarse dejando de lado cualquier actitud polémica o apologética, y tratando de comprender juntos en profundidad lo que nos une, es decir, la llamada a participar en el misterio del amor del Padre, revelado por el Hijo a través del Espíritu Santo. La unidad de los cristianos, estamos convencidos, no será el resultado de refinadas discusiones teóricas, en las que cada uno tratará de convencer al otro del fundamento de las propias opiniones. Vendrá el Hijo del hombre y todavía nos encontrará discutiendo. Debemos reconocer que, para llegar a las profundidades del misterio de Dios, nos necesitamos unos a otros, necesitamos encontrarnos y confrontarnos bajo la guía del Espíritu Santo, que armoniza la diversidad y supera los conflictos, reconcilia las diversidades.

Poco a poco, la mujer samaritana entiende que quien la ha pedido de beber, ''puede saciarla -afirmó el Papa- Jesús se le presenta como la fuente de la que brota el agua viva que apaga para siempre su sed. La existencia humana revela aspiraciones ilimitadas: la búsqueda de la verdad, la sed de amor, de justicia y libertad. Son deseos satisfechos sólo en parte, porque desde lo más profundo de su ser el hombre se mueve hacia un ''más'', un absoluto capaz de satisfacer su sed de manera definitiva. La respuesta a estas aspiraciones la da Dios en Jesucristo, en su misterio pascual. Del costado traspasado de Jesús fluyó sangre y agua : Él es la fuente de la que brota el agua del Espíritu Santo, es decir, ''el amor de Dios derramado en nuestros corazones'' el día del Bautismo. Por obra del Espíritu, nos hemos convertido en uno con Cristo, hijos en el Hijo, verdaderos adoradores del Padre. Este misterio de amor es la razón más profunda de unidad que une a todos los cristianos, y que es mucho más grande que las divisiones que se han producido a lo largo de la historia. Por esta razón, en la medida en que nos acercamos con humildad al Señor Jesucristo, nos acercamos también entre nosotros''

El encuentro con Jesús ''transforma a la mujer samaritana en una misionera. Al haber recibido un don más grande e importante que el agua del pozo, la mujer deja allí su cántaro y corre a decir a sus conciudadanos que ha encontrado al Cristo . El encuentro con él le ha devuelto el sentido y la alegría de vivir, y ella siente el deseo de comunicarlo. Hoy existe una multitud de hombres y mujeres cansados y sedientos, que nos piden a los cristianos que les demos de beber. Es una petición a la que no podemos sustraernos. En la llamada a ser evangelizadores, todas las Iglesias y Comunidades eclesiales encuentran un ámbito fundamental para una colaboración más estrecha. Para llevar a cabo este cometido con eficacia, se ha de evitar cerrarse en los propios particularismos y exclusivismos, así como imponer uniformidad según los planes meramente humanos. El compromiso común de anunciar el Evangelio permite superar toda forma de proselitismo y la tentación de la competición. Todos estamos al servicio del único y mismo Evangelio''.

''En este momento de oración por la unidad quisiera recordar a nuestros mártires de hoy. Ellos dan testimonio de Jesucristo y son perseguidos y ejecutados por ser cristianos, sin que los persecutores hagan distinción entre las confesiones a las que pertenecen. Esto es, hermanos y hermanas, el ecumenismo de la sangre'', subrayó Francisco.

''Con el recuerdo de este testimonio de nuestros mártires de hoy, y con esta gozosa certeza -prosiguió- dirijo mi saludo cordial y fraterno a Su Eminencia el Metropolita Gennadios, representante del Patriarcado Ecuménico, a Su Gracia David Moxon, representante personal en Roma del Arzobispo de Canterbury, y ''a todos los representantes de las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales reunidos aquí en la Fiesta de la Conversión de San Pablo. ''Además -añadió- tengo el placer de saludar a los miembros de la Comisión Mixta para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales, a quienes deseo un trabajo fructífero para la sesión plenaria que tendrá lugar los próximos días en Roma. Saludo también a los estudiantes del Ecumenical Institute of Bossey y a los jóvenes que se benefician de las becas ofrecidas por el Comité de Colaboración Cultural con las Iglesias ortodoxas, que actúa en el Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos''.

''También están hoy presentes aquí religiosos y religiosas pertenecientes a diferentes Iglesias y Comunidades eclesiales, que han participado estos días en un encuentro ecuménico, organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en colaboración con el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con ocasión del Año de la vida consagrada. La vida religiosa, como profecía del mundo futuro, está llamada a ofrecer en nuestro tiempo el testimonio de esa comunión en Cristo que va más allá de toda diferencia, y que está hecha de decisiones concretas de acogida y de diálogo. En consecuencia, la búsqueda de la unidad de los cristianos no puede ser prerrogativa sólo de alguna persona o comunidad religiosa particularmente sensible a esta problemática. El conocimiento mutuo de las diferentes tradiciones de vida consagrada, y un fecundo intercambio de experiencias, puede ser útil para la vitalidad de todas las formas de vida religiosa en las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales''.

''Queridos hermanos y hermanas -finalizó-hoy nosotros, que estamos sedientos de paz y fraternidad, invocamos con corazón confiado que el Padre celestial, por medio de Jesucristo, único Sacerdote y mediador y la intercesión de la Virgen María, el apóstol Pablo y todos los santos, nos dé el don de la plena comunión de todos los cristianos, para que pueda brillar ''el sagrado misterio de la unidad de la Iglesia'', como signo e instrumento de reconciliación para el mundo entero''.

Ángelus: También Dios tiene sed de nosotros

Ciudad del Vaticano, 25 de enero 2015 (VIS).-A mediodía el Papa se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus dominical con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y comentar el evangelio de hoy que describe el inicio de la predicación de Jesús, inmediatamente después del arresto de San Juan Bautista.

''El anuncio de Jesús es similar al de Juan Bautista, con la diferencia sustancial -observó el Pontífice- de que Jesús ya no indica otro que debe venir: Jesús mismo es el cumplimiento de las promesas, es ''la buena nueva'' en que creer, que hay que acoger y comunicar a los hombres y mujeres de todos los tiempos para que ellos también le confíen su existencia. Jesucristo en persona es la Palabra viva y activa en la historia: el que lo escucha y lo sigue entra en el Reino de Dios''.

''Jesús es el cumplimiento de las promesas divinas porque da al ser humano el Espíritu Santo, el ''agua viva'' que sacia nuestro corazón inquieto, sediento de vida, de amor, de libertad, de paz, sediento de Dios'', explicó Francisco, recordando a continuación que las palabras de Cristo a la Samaritana ''Dame de beber'', han sido este año el tema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que concluye esta tarde con las segundas vísperas en la basílica romana de San Pablo Extramuros ''para rezar intensamente al Señor para que refuerce nuestro esfuerzo por la plena unidad de todos los cristianos''. ''Es muy feo -dijo Francisco- que los cristianos estén divididos. Jesús quiere que estemos unidos: un sólo cuerpo. Nuestros pecados, la historia, nos han separado y por eso tenemos que rezar tanto para que sea el mismo Espíritu Santo quien nos una de nuevo''.

''Dios haciéndose hombre - continuó- hizo suya nuestra sed, no sólo de agua material, sino sobre todo la sed de una vida plena, de una vida libre de la esclavitud del mal y de la muerte. Al mismo tiempo con su encarnación Dios puso su sed -porque también Dios tiene sed- en el corazón de un hombre:Jesús de Nazaret. Dios tiene sed de nosotros, de nuestros corazones, de nuestro amor y puso esta sed en el corazón de Jesús. Así, en el corazón de Cristo se encuentran la sed humana y la sed divina. Y el deseo de la unidad de sus discípulos pertenece a esta sed''.

''¡Que la sed de Jesús -finalizó- también sea cada vez más nuestra sed! Sigamos, por tanto, rezando y esforzándonos por la unidad plena de los discípulos de Cristo, con la certeza de que El mismo está a nuestro lado y nos sostiene con la fuerza de su Espíritu para que esa meta se acerque''.

Nuevo llamamiento del Papa por el cese de los enfrentamientos en Ucrania

Ciudad del Vaticano, 25 de enero 2015 (VIS).- Al final de la oración del Ángelus, un niño y una niña, -representantes de la Acción Católica de Roma, que ha terminado estos días el tradicional viaje de la ''Caravana de la Paz''- leyeron desde la ventana del Papa un mensaje de paz, mientras los miembros de la Acción Católica presentes en la Plaza de San Pedro pusieron en marcha un globo que desde el cielo de Roma lanzó a su vez miles de globos y mensajes de paz.

Antes, el Papa había recordado ''con viva preocupación el empeorar de los enfrentamientos en Ucrania Oriental que siguen causando numerosas víctimas entre la población civil''. ''Mientras aseguro mi oración por todos los que sufren -dijo- renuevo un fuerte llamamiento para que reanuden las tentativas de diálogo y acabe toda hostilidad''.

Francisco señaló también que hoy se celebra la Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra y expresó su cercanía a ''todas las personas que sufren por esta enfermedad, al igual que a quienes los cuidan y a los que luchan por eliminar las causas del contagio, es decir condiciones de vida indignas del ser humano. Renovemos el esfuerzo solidario pro estos hermanos y hermanas''.

Por último, se dirigió a la comunidad filipina de Roma. ''El pueblo filipino -afirmó- es maravilloso por su fe fuerte y alegre. ¡Que el Señor os sostenga siempre, también a vosotros que vivís lejos de la patria. Gracias a todos por vuestro testimonio. Y gracias por todo el bien que nos hacéis porque sembráis la fe entre nosotros y dais un hermoso testimonio de ella''.

''El antídoto más eficaz contra la violencia, aceptar lo diferente como riqueza y crecimiento''

Ciudad del Vaticano, 24 enero 2015 (VIS).- ''En los últimos años, a pesar de algunas incomprensiones y dificultades, se ha avanzado en el diálogo interreligioso, incluso también con los fieles del Islam. Para ello, es esencial el ejercicio de la escucha. No es sólo una condición necesaria en un proceso de entendimiento mutuo y de coexistencia pacífica, sino también un deber pedagógico con el fin de ser "capaces de reconocer los valores de los demás, entender las preocupaciones subyacentes a sus demandas, y llevar a cabo convicciones comunes''. Es lo que ha dicho el Papa al recibir esta mañana a los participantes al encuentro organizado por el Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos (PISAI), con motivo del 50 aniversario de su apertura. El encuentro se ha llevado a cabo en la Pontificia Universidad Urbaniana (22-24 de enero) bajo el lema: ''Estudiar y comprender la religión del otro''.

Francisco ha destacado la necesidad de una adecuada formación, ''para que, firme en su propia identidad, se pueda crecer en el conocimiento mutuo. Hay que tener cuidado -añadió- de no caer en las trampas de un sincretismo conciliador, que al final es solamente un presagio vacío de un totalitarismo sin valores. Un enfoque práctico y complaciente, que dice que sí a todo para evitar problemas, termina siendo una manera de engañar al otro y negarle el beneficio que uno ha recibido como un regalo para compartir con generosidad. Esto nos invita, en primer lugar, a volver a los fundamentos''.

''Al comienzo del diálogo está el encuentro -continuó-. Con él se genera el primer conocimiento de la otra persona. Pero, si se inicia desde el presupuesto de que todos pertenecemos a la naturaleza humana, se pueden superar los prejuicios y la falsedad, y se puede comenzar a entender a la otra persona desde una nueva perspectiva''. Francisco manifestó que tal vez nunca se ha necesitado tanto como ahora de una institución dedicada expresamente a la investigación y a la formación de un diálogo con los musulmanes porque, ''el antídoto más eficaz contra cualquier forma de violencia es la educación en el descubrimiento y la aceptación de la diferencia como riqueza y crecimiento''. Tarea, que según afirma el Papa, no es fácil, pero que ''nace y madura a partir de un fuerte sentido de responsabilidad''.

''El diálogo islámico-cristiano -prosiguió-, en particular requiere paciencia y humildad que acompañan a un estudio a fondo, ya que la aproximación y la improvisación pueden ser contraproducentes o incluso causar incomodidad y embarazo. Necesitamos un compromiso duradero y continuo para que las diferentes situaciones y los diferentes contextos no nos sorprendan desprevenidos. Por esta razón es necesaria una formación específica, que no se limite al análisis sociológico, sino que tenga las características de un camino entre personas pertenecientes a religiones que, aunque de diferentes maneras, se refieren a la paternidad espiritual de Abraham. La cultura y la educación no son secundarias en un verdadero proceso de acercamiento hacia el otro que respete de cada persona, ''su vida, su integridad física, su dignidad y los derechos que surjan, su reputación, su propiedad, su identidad étnica y cultural, sus ideas y sus decisiones políticas''.

El Pontífice confesó su deseo de que dicho Instituto, al que calificó de valioso, sea siempre un punto de referencia para la formación de los cristianos que trabajan en el campo del diálogo interreligioso y que pueda instaurar una fructífera colaboración con los otros Ateneos pontificios. Asimismo, concluyó animando a la comunidad del PISAI '' a no traicionar nunca la tarea primordial de la escucha y el diálogo, basado en identidades claras, en la investigación apasionada, paciente y rigurosa de la verdad y la belleza, sembradas por el Creador en el corazón de cada hombre y mujer, y realmente visibles en cada auténtica expresión religiosa''.

Francisco: ''La unidad se logra caminando juntos''

Ciudad del Vaticano, 24 enero 2015 (VIS).- A mediodía, el Papa ha encontrado, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, a los participantes en el coloquio ecuménico de religiosos y religiosas, promovido y organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en ocasión del Año de la Vida Consagrada. Francisco resaltó el particular significado de que el encuentro se llevase a cabo durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. ''Cada año nos recuerda -dijo refiriéndose a dicha semana- que el ecumenismo espiritual es el alma del movimiento ecuménico''. Prosiguiendo con este tema, compartió con los presentes algunas reflexiones sobre la importancia de la vida consagrada para la unidad de los cristianos.

''El deseo de restablecer la unidad de todos los cristianos -observó- está presente naturalmente en todas las Iglesias y atañe tanto al clero como a los laicos. Pero la vida religiosa, que tiene sus raíces en la voluntad de Cristo y en la tradición común de la Iglesia indivisa, tiene sin duda una vocación particular en la promoción de esta unidad... A ella le corresponde la búsqueda de la unión con Dios y de la unidad dentro de la comunidad fraterna, realizando de manera ejemplar la oración del Señor ''para que todos sean uno''. La vida religiosa -continuó- nos muestra precisamente que esta unidad no es el fruto de nuestros esfuerzos, sino un don del Espíritu Santo, que crea unidad dentro de la diversidad y nos revela también que ésta sólo se logra si caminamos juntos, y si recorremos el camino de la fraternidad en el amor, en el servicio y en la aceptación mutua''.

El Pontífice destacó que no hay unidad sin conversión, sin oración, ni sin santidad de la vida. Señaló cómo la vida religiosa nos recuerda ''que en el centro de cualquier búsqueda de unidad, y por lo tanto de cualquier esfuerzo ecuménico, primero debe haber una conversión del corazón, que comporta la petición y concesión del perdón'', y que el compromiso ecuménico ''responde, en primer lugar, a la súplica del Señor Jesús, que se basa esencialmente en la oración''. Añadió también que ''la vida religiosa nos ayuda a tomar conciencia de la llamada dirigida a todos los bautizados: la llamada a la santidad de la vida, que es el único camino verdadero hacia la unidad''. Al final, les expresó su gratitud por el testimonio que rinden al Evangelio con su vida, y por el servicio que ofrecen a la causa de la unidad.

Instrucción ''Dignitas connubii'': A diez años de su publicación, en busca de procesos rápidos

Ciudad del Vaticano, 24 enero 2015 (VIS).- Francisco ha recibido esta mañana a los participantes en el congreso internacional que celebra el X aniversario de la publicación de la Instrucción ''Dignitas connubii''. El simposio ha sido organizado por la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad Gregoriana y con el patrocinio del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos y de la Consociatio internationalis studio iuris canonici promovendo.

El Papa declaró que la gran participación que ha suscitado dicho encuentro indica que la importancia de la Instrucción ''Dignitas connubii'' no está destinada a los especialistas del derecho, sino a los operadores de los tribunales locales, y destacó que la experiencia enseña que caminan más rápido los que conocen el camino a seguir. ''Conocer, y habituarse a usar esta Instrucción -dijo- ayudará en el futuro a los ministros de los tribunales para abreviar los procesos, que según la percepción de los cónyuges a menudo son largos y duros. Aún no se han explorado todos los recursos que esta Instrucción pone a disposición para un proceso rápido, privado de cualquier formalismo en sí mismo, ni tampoco se pueden excluir para el futuro medidas legislativas adicionales destinadas al mismo objetivo''.

Por último, señaló el papel del defensor del vínculo en el proceso matrimonial especificando que su presencia y fiel cumplimiento de su tarea ''no condiciona al juez, sino que consiente y favorece la imparcialidad de su juicio, al haberle expuesto los argumentos a favor y en contra de la declaración de nulidad del matrimonio''.

Audiencias

Ciudad del Vaticano, 26 enero 2015 (VIS).-El Santo Padre ha recibido en audiencias separadas:

-Cardenal Lluís Matínez Sistach, arzobispo de Barcelona (España).

-Obispo Gastone Simoni, emérito de Prato (Italia).

-Obispo Francesco Miccichè emérito de Trapani (Italia).

-Reverendo Alejandro Moral Antón, Prior General de la orden de San Agustín (Agustinos).

-Una delegación de la ''Hebrew University of Jerusalem''


El sábado 24 de enero, recibió:

-Cardenal Marc Ouellet, P.S.S., Prefecto de la Congregación para los Obispos.

-Cardernal Angelo Bagnasco, arzobispo de Genova (Italia) y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.

-María de los Ángeles Marechal.

Otros Actos Pontificios

Ciudad del Vaticano, 26 enero 2015 (VIS).- El Santo Padre:

-Nombró Monseñor Stefan Hebe como arzobispo de Hamburgo (superficie 32.493, población 5.797.975, católicos 397.331, sacerdotes 248, religiosos 221, diáconos permanentes 60) en Alemania. El arzobispo electo nació en 1966 en Colonia (Alemania) y fue ordenado sacerdote en 1993. Es doctor en Teología Dogmática. Durante su ministerio pastoral ha sido entre otros, vice párroco, vice rector, director del departamento ''Cura del alma- Personal'' de la curia arzobispal de Colonia y administrador diocesano. En la actualidad era vicario general de la arquidiócesis de Colonia y canónico del Capítulo Metropolitano.

-Dispuso la unión formal de la sede metropolitana Cashel con la antigua diócesis de Emly en la nueva arquidiócesis metropolitana denominada ''Arquidiócesis de Cashel y Emly'', (Irlanda).

-Nombró Arzobispo Kieran O'Relly, arzobispo metropolitano de la nueva Arquidiócesis de Cashel y Emly, (Irlanda).

-El sábado 24 de enero:

-Nombró al reverendo Ivica Petanjak, O.F.M. Cap., como obispo de Krk (superficie 959, población 238.850, católicos 222.130, sacerdotes 30, religiosos 20) en Croacia. El obispo electo nació en 1963 en Drenje (Croacia) y fue ordenado sacerdote en 1990. Es licenciado en Teología, y licenciado y doctorado en Historia de la Iglesia. Durante su ministerio pastoral ha sido entre otros, vicario parroquial, maestro, capellán de hospital, ministro provincial, párroco y en la actualidad era guardián del monasterio capuchino en Osijek (Croacia). Sucede al obispo Valter Zupan, cuya renuncia al gobierno pastoral de la diócesis fue aceptada por límite de edad.

viernes, 23 de enero de 2015

Al Tribunal de la Rota: No encerréis la salvación de las personas dentro de las constricciones del legalismo

Ciudad del Vaticano, 23 enero 2015 (VIS).- Francisco recibió hoy en audiencia al decano, a los prelados auditores, oficiales y colaboradores del Tribunal de la Rota Romana, con motivo de la inauguración del año judiciario. En su discurso, el Santo Padre se centró en el contexto humano y cultural en el que se forma la intención matrimonial. Destacó que la crisis de los valores en la sociedad no es un fenómeno reciente y para ello recordó que hace cuarenta años Pablo VI ya estigmatizaba las enfermedades del hombre moderno ''a veces vulnerado por un relativismo sistemático, que lo inclina ante las elecciones más fáciles de la situación, de la demagogia, la moda, la pasión, el hedonismo, el egoísmo, de modo que exteriormente intenta desafiar la ley, pero interiormente, casi sin darse cuenta, sustituye el imperio de la conciencia moral por el capricho de la conciencia psicológica''.

El Papa puso de relieve el cometido del juez llamado a realizar un análisis judicial cuando existen dudas sobre la validez del matrimonio ''para determinar -dijo- si hay un defecto de origen del consentimiento, ya sea directamente por falta de buena intención, o por un grave déficit en la comprensión del matrimonio mismo que determine la voluntad. La crisis del matrimonio, de hecho -continuó-, es realmente la crisis del saber iluminado por la fe, es decir, por el apego a Dios y a su designio de amor realizada en Jesucristo''.

''La experiencia pastoral nos enseña que ahora hay un gran número de fieles en una situación irregular, cuya historia ha sido fuertemente influenciada por la generalizada mentalidad mundana. De hecho, hay una especie de mundanidad espiritual, que se esconde detrás de las apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia y que conduce a perseguir, en lugar de la gloria del Señor, el bienestar personal. Uno de los frutos de esta actitud es una fe encerrada en el subjetivismo, donde sólo interesa una determinada experiencia o una serie de argumentos y conocimientos que se cree que pueden consolar e iluminar, pero donde el sujeto continúa encerrado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos... Por esto el juez, a la hora de reflexionar sobre la validez del consentimiento, debe tener en cuenta el contexto de los valores y la fe''.

Francisco les exhortó a un mayor compromiso y pasión en su ministerio ''que sirva para salvaguardar la unidad de la jurisprudencia en la Iglesia, como trabajo pastoral por el bien de muchas parejas, y muchos hijos, a menudo víctimas de estos eventos. También aquí, necesitamos una conversión pastoral de las estructuras eclesiásticas para proporcionar el ''opus iustitiae'' a todos los que acuden a la Iglesia para que esta arroje luz sobre su situación conyugal. Esta es vuestra difícil misión: No encerrar la salvación de las personas dentro de las constricciones del legalismo. La función del derecho se orienta hacia la ''salus animarum'' para que, evitando sofismas alejados de la carne viva de las personas en dificultad, ayude a establecer la verdad en el momento consensual''.

En este ámbito, el Papa insistió antes de concluir en la presencia necesaria de personas competentes en cada tribunal eclesiástico para proporcionar asistencia y asesoramiento sobre la posibilidad de introducir una causa de nulidad matrimonial. ''Esperando que en todos los tribunales estén presentes estas figuras para favorecer el acceso efectivo de todos los fieles a la justicia de la Iglesia, me gustaría señalar -finalizó- el número significativo de casos en la Rota Romana de asistencia gratuita, en favor de las partes que, por malas condiciones económicas, no son capaces de obtener un abogado''.

Mensaje del Papa para la XLIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Ciudad del Vaticano, 23 enero 2015 (VIS).-Se ha publicado hoy el mensaje anual del Papa Francisco para la XLIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el domingo 17 de mayo de 2015, dedicada al tema ''Comunicar la familia: ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor''. El mensaje, fechado hoy, vigilia de la festividad de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, se publica en inglés, italiano, francés, alemán, portugués y castellano.

Ofrecemos a continuación el texto integral del documento:

El tema de la familia está en el centro de una profunda reflexión eclesial y de un proceso sinodal que prevé dos sínodos, uno extraordinario -apenas celebrado- y otro ordinario, convocado para el próximo mes de octubre. En este contexto, he considerado oportuno que el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales tuviera como punto de referencia la familia. En efecto, la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo punto de vista.

Podemos dejarnos inspirar por el episodio evangélico de la visita de María a Isabel. ''En cuanto Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a voz en grito: ''¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!''.

Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entrelaza con el lenguaje del cuerpo. En efecto, la primera respuesta al saludo de María la da el niño saltando gozosamente en el vientre de Isabel. Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno materno que nos acoge es la primera ''escuela'' de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá. Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que común a todos, porque todos nosotros hemos nacido de una madre.

Después de llegar al mundo, permanecemos en un ''seno'', que es la familia. Un seno hecho de personas diversas en relación; la familia es el ''lugar donde se aprende a convivir en la diferencia'': diferencias de géneros y de generaciones, que comunican antes que nada porque se acogen mutuamente, porque entre ellos existe un vínculo. Y cuanto más amplio es el abanico de estas relaciones y más diversas son las edades, más rico es nuestro ambiente de vida. Es el vínculo el que fundamenta la palabra, que a su vez fortalece el vínculo. Nosotros no inventamos las palabras: las podemos usar porque las hemos recibido. En la familia se aprende a hablar la lengua materna, es decir, la lengua de nuestros antepasados. En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto en condiciones de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación.

La experiencia del vínculo que nos ''precede'' hace que la familia sea también el contexto en el que se transmite esa forma fundamental de comunicación que es la oración. Cuando la mamá y el papá acuestan para dormir a sus niños recién nacidos, a menudo los confían a Dios para que vele por ellos; y cuando los niños son un poco más mayores, recitan junto a ellos oraciones simples, recordando con afecto a otras personas: a los abuelos y otros familiares, a los enfermos y los que sufren, a todos aquellos que más necesitan de la ayuda de Dios. Así, la mayor parte de nosotros ha aprendido en la familia la dimensión religiosa de la comunicación, que en el cristianismo está impregnada de amor, el amor de Dios que se nos da y que nosotros ofrecemos a los demás.

Lo que nos hace entender en la familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y construcción de proximidad es la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría: del saludo de María y del salto del niño brota la bendición de Isabel, a la que sigue el bellísimo canto del Magnificat, en el que María alaba el plan de amor de Dios sobre ella y su pueblo. De un ''sí'' pronunciado con fe, surgen consecuencias que van mucho más allá de nosotros mismos y se expanden por el mundo. ''Visitar'' comporta abrir las puertas, no encerrarse en uno mismo, salir, ir hacia el otro. También la familia está viva si respira abriéndose más allá de sí misma, y las familias que hacen esto pueden comunicar su mensaje de vida y de comunión, pueden dar consuelo y esperanza a las familias más heridas, y hacer crecer la Iglesia misma, que es familia de familias.

La familia es, más que ningún otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, se experimentan los límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia, del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos; hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y acogido, se puede reanudar y acrecentar. Un niño que aprende en la familia a escuchar a los demás, a hablar de modo respetuoso, expresando su propio punto de vista sin negar el de los demás, será un constructor de diálogo y reconciliación en la sociedad.

A propósito de límites y comunicación, tienen mucho que enseñarnos las familias con hijos afectados por una o más discapacidades. El déficit en el movimiento, los sentidos o el intelecto supone siempre una tentación de encerrarse; pero puede convertirse, gracias al amor de los padres, de los hermanos y de otras personas amigas, en un estímulo para abrirse, compartir, comunicar de modo inclusivo; y puede ayudar a la escuela, la parroquia, las asociaciones, a que sean más acogedoras con todos, a que no excluyan a nadie.

Además, en un mundo donde tan a menudo se maldice, se habla mal, se siembra cizaña, se contamina nuestro ambiente humano con las habladurías, la familia puede ser una escuela de comunicación como bendición. Y esto también allí donde parece que prevalece inevitablemente el odio y la violencia, cuando las familias están separadas entre ellas por muros de piedra o por los muros no menos impenetrables del prejuicio y del resentimiento, cuando parece que hay buenas razones para decir ''ahora basta''; el único modo para romper la espiral del mal, para testimoniar que el bien es siempre posible, para educar a los hijos en la fraternidad, es en realidad bendecir en lugar de maldecir, visitar en vez de rechazar, acoger en lugar de combatir.

Hoy, los medios de comunicación más modernos, que son irrenunciables sobre todo para los más jóvenes, pueden tanto obstaculizar como ayudar a la comunicación en la familia y entre familias. La pueden obstaculizar si se convierten en un modo de sustraerse a la escucha, de aislarse de la presencia de los otros, de saturar cualquier momento de silencio y de espera, olvidando que ''el silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido'' (Benedicto XVI, Mensaje para la XLVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 enero 2012). La pueden favorecer si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están lejos, a agradecer y a pedir perdón, a hacer posible una y otra vez el encuentro. Redescubriendo cotidianamente este centro vital que es el encuentro, este ''inicio vivo'', sabremos orientar nuestra relación con las tecnologías, en lugar de ser guiados por ellas. También en este campo, los padres son los primeros educadores. Pero no hay que dejarlos solos; la comunidad cristiana está llamada a ayudarles para vivir en el mundo de la comunicación según los criterios de la dignidad de la persona humana y del bien común.

El desafío que hoy se nos propone es, por tanto, volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información. Esta es la dirección hacia la que nos empujan los potentes y valiosos medios de la comunicación contemporánea. La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, contrapone las diferencias y las visiones distintas, invitando a ponerse de una u otra parte, en lugar de favorecer una visión de conjunto.

La familia, en conclusión, no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una ''comunidad comunicante''. Una comunidad que sabe acompañar, festejar y fructificar. En este sentido, es posible restablecer una mirada capaz de reconocer que la familia sigue siendo un gran recurso, y no sólo un problema o una institución en crisis. Los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir; o como si fuera una ideología de uno contra la de algún otro, en lugar del espacio donde todos aprendemos lo que significa comunicar en el amor recibido y entregado. Narrar significa más bien comprender que nuestras vidas están entrelazadas en una trama unitaria, que las voces son múltiples y que cada una es insustituible.

La familia más hermosa, protagonista y no problema, es la que sabe comunicar, partiendo del testimonio, la belleza y la riqueza de la relación entre hombre y mujer, y entre padres e hijos. No luchamos para defender el pasado, sino que trabajamos con paciencia y confianza, en todos los ambientes en que vivimos cotidianamente, para construir el futuro''.
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