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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 11 de enero de 2016

Al Cuerpo Diplomático: La Santa Sede no dejará nunca de trabajar para que la voz de la paz llegue hasta los extremos de la tierra


Ciudad del Vaticano, 11 de enero de 2016 (Vis).-Como es tradición al comienzo del nuevo año, el Santo Padre recibió en audiencia en la Sala Regia del Palacio Apostólico Vaticano, a los miembros del Cuerpo Diplomatico acreditado ante la Santa Sede para el intercambio de felicitaciones. El Papa recibió el saludo del nuevo decano del Cuerpo Diplomático, Armindo Fernandes do Espírito Santo Vieira, embajador de Angola y recordó, por su parte, a los diplomáticos fallecidos en el curso de 2015, los embajadores de Cuba, Rodney Alejandro López Clemente y de Liberia, Rudolf P. von Ballmoos. También saludó a los que participaban por primera vez en el encuentro constatando con agrado que en el último año se había incrementado el número de embajadores residentes en Roma. ''Es un signo importante -dijo- del interés con que la comunidad internacional sigue la actividad diplomática de la Santa Sede''.

Prueba de ese interés son también los acuerdos internacionales firmados o ratificados durante el año que acaba de terminar. En particular Francisco mencionó los acuerdos en materia fiscal firmados con Italia y con los Estados Unidos de América, ''que demuestran el creciente compromiso de la Santa Sede en favor de una mayor transparencia en materia económica. Igualmente importantes son los acuerdos de carácter general, orientados a regular los aspectos esenciales de la vida y de la actividad de la Iglesia en varios países, como el acuerdo firmado en Dili con la República Democrática de Timor Oriental''. También citó el intercambio de los instrumentos de ratificación del Acuerdo con Chad sobre el estatuto jurídico de la Iglesia católica en ese País, así como el Acuerdo firmado y ratificado con Palestina porque '' se trata de dos acuerdos que, junto con el Memorándum de Entendimiento entre la Secretaría de Estado y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Kuwait, demuestran, entre otras cosas, que la convivencia pacífica entre los creyentes de distintas religiones es posible, allí donde la libertad religiosa se reconoce, y se garantiza la posibilidad efectiva de colaborar en la edificación del bien común, en el respeto mutuo de la identidad cultural de cada uno''.

El Pontífice, subrayó en este sentido que ''toda experiencia religiosa auténticamente vivida promueve la paz'' y que ''el misterio de la Encarnación nos muestra el verdadero rostro de Dios, para quien el poder no significa fuerza y destrucción, sino amor; la justicia no significa venganza, sino misericordia''. De ahí que situara en esa perspectiva el Jubileo extraordinario de la Misericordia, inaugurado excepcionalmente en Bangui durante su viaje apostólico a Kenia, Uganda y República Centroafricana.

''En un país tan golpeado por el hambre, la pobreza y los conflictos, en el que la violencia fratricida de los últimos años ha dejado profundas heridas en las almas, desgarrando la comunidad nacional y generando pobreza material y moral -recordó- la apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Bangui pretendía ser un signo de aliento para alzar la mirada, para retomar el camino y para volver a encontrar las razones para el diálogo. Allí donde se ha abusado del nombre de Dios para cometer injusticias, he querido reafirmar, junto con la comunidad musulmana de la República Centroafricana, que ''quien dice que cree en Dios ha de ser también un hombre o una mujer de paz'' , y, por lo tanto, de misericordia, porque nunca se puede matar en nombre de Dios. Sólo una forma ideológica y desviada de religión puede pensar que se hace justicia en nombre del Omnipotente masacrando deliberadamente a personas indefensas, como ocurrió en los sanguinarios atentados terroristas de los últimos meses en África, Europa y Oriente Medio''.

El Papa se detuvo a continuación sobre sus viajes apostólicos a lo largo del año pasado en los que la Misericordia fue el ''hilo conductor'', empezando por la visita a Sarajevo, ciudad profundamente golpeada por la guerra en los Balcanes y capital de un país, Bosnia y Herzegovina, que tiene un significado especial para Europa y para el mundo entero y que ''como encrucijada de culturas, naciones y religiones se está esforzando, con resultados positivos, en construir puentes nuevos, valorar lo que une y ver las diferencias como oportunidades de crecimiento en el respeto de todos''.

Después se refirió al viaje a Bolivia, Ecuador y Paraguay, donde encontró ''a pueblos que no se rinden ante las dificultades, y se enfrentan con valentía, determinación y espíritu de fraternidad a los muchos retos que los afligen, empezando por la pobreza generalizada y las desigualdades sociales''. Mientras que en el viaje a Cuba y a los Estados Unidos de América pudo ''abrazar a dos países que durante mucho tiempo han estado divididos, y que han decidido escribir una nueva página de la historia, emprendiendo un camino de acercamiento y reconciliación''.

En Filadelfia, con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias, así como durante el viaje a Sri Lanka y Filipinas, y con el reciente Sínodo de los Obispos, recordó la importancia de la familia, que es la primera y más importante escuela de la misericordia. ''Por desgracia -observó- sabemos cuántos desafíos tiene que afrontar la familia en este tiempo en el que está ''amenazada por el creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida''. Hoy existe un miedo generalizado a la estabilidad que la familia reclama y quienes pagan las consecuencias son sobre todo los más jóvenes, a menudo frágiles y desorientados, y los ancianos que terminan siendo olvidados y abandonados''.

A continuación, el Papa, pidió a los embajadores que reflexionaran con él acerca los últimos de la sociedad, centrándose en ''la grave emergencia migratoria que estamos afrontando, para discernir sus causas, plantear soluciones, y vencer el miedo inevitable que acompaña un fenómeno tan consistente e imponente, que a lo largo del año 2015 ha afectado principalmente a Europa, pero también a diversas regiones de Asia, así como del norte y el centro de América.

''Toda la Biblia -afirmó- nos narra la historia de una humanidad en camino, porque el estar en camino es connatural al hombre. Su historia está hecha de tantas migraciones, a veces como fruto de su conciencia del derecho a una libre elección; otras, impuestas a menudo por las circunstancias externas. Desde el exilio del paraíso terrenal hasta Abrahán, en camino hacia la tierra prometida, desde la narración del Éxodo hasta la deportación en Babilonia, la Sagrada Escritura narra fatigas y sufrimientos, aspiraciones y esperanzas, que son comunes a los de cientos de miles de personas que, también en nuestros días, con la misma determinación de Moisés, se ponen en marcha para llegar a una tierra en la cual que destile ''leche y miel'' , donde poder vivir en libertad y en paz. Y así, también hoy como entonces, oímos el grito de Raquel que llora por sus hijos porque ya no están. Es la voz de los miles de personas que lloran huyendo de guerras espantosas, de persecuciones y de violaciones de los derechos humanos, o de la inestabilidad política o social, que hace imposible la vida en la propia patria. Es el grito de cuantos se ven obligados a huir para evitar las indescriptibles barbaries cometidas contra personas indefensas, como los niños y los discapacitados, o el martirio por el simple hecho de su fe religiosa''.

''También hoy como entonces, escuchamos la voz de Jacob que dice a sus hijos: ''Bajad y comprad allí el grano para nosotros, a fin de que sobrevivamos y no muramos'' Es la voz de los que escapan de la miseria extrema, al no poder alimentar a sus familias ni tener acceso a la atención médica y a la educación, de la degradación, porque no tienen ninguna perspectiva de progreso, o de los cambios climáticos y las condiciones climáticas extremas. Todos saben que el hambre sigue siendo, desgraciadamente, una de las plagas más graves de nuestro mundo, con millones de niños que mueren cada año por su causa. Duele constatar, sin embargo, que a menudo estos emigrantes no entran en los sistemas internacionales de protección en virtud de los acuerdos internacionales''.

''¿Cómo no ver en todo esto el fruto de una ''cultura del descarte'' que pone en peligro a la persona humana, sacrificando a hombres y mujeres a los ídolos del beneficio y del consumismo? Es grave acostumbrarse a estas situaciones de pobreza y necesidad, al drama de tantas personas, y considerarlas como ''normales''... Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos, pues son muchas las personas y las familias que sufren hambre y desnutrición''.

En este sentido la Santa Sede espera que el Primer Vértice Humanitario Mundial, convocado por las Naciones Unidas pueda tener éxito en su intento de colocar a la persona humana y su dignidad en el centro de cualquier respuesta humanitaria. ''Se hace necesario un compromiso común que acabe decididamente con la cultura del descarte y de la ofensa a la vida humana, de modo que nadie se sienta descuidado u olvidado, y que no se sacrifiquen más vidas por falta de recursos y, sobre todo, de voluntad política''.

Pero también seguimos escuchando hoy ''la voz de Judas que sugiere vender a su propio hermano . Es la arrogancia de los poderosos que, con fines egoístas o cálculos estratégicos y políticos, instrumentalizan a los débiles y los reducen a objetos. Allí donde una migración regular es imposible, los emigrantes se ven obligados a dirigirse, ordinariamente, a quienes practican la trata o el contrabando de seres humanos, a pesar de que son, en gran parte, conscientes del peligro que corren de perder durante la travesía sus bienes, su dignidad e, incluso, la propia vida. En este sentido, renuevo una vez más el llamado a detener el tráfico de personas, que convierte a los seres humanos en mercancía, especialmente a los más débiles e indefensos. Permanecerán siempre indelebles en nuestra mente y en nuestro corazón las imágenes de los niños ahogados en el mar, víctimas de la falta de escrúpulos de los hombres y de la inclemencia de la naturaleza. Quien logra sobrevivir y llegar a un país que lo acoge, lleva permanentemente las profundas cicatrices provocadas por esas experiencias, además de las producidas por los horrores que acompañan siempre a las guerras y a las violencias''.

''Igual que en aquel tiempo, también hoy se oye repetir al Ángel: ''Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise'' . Es la voz que escuchan muchos de los emigrantes que jamás habrían dejado su propia patria si no se hubieran visto obligados a ello. Se cuentan entre ellos la multitud de cristianos que, cada vez más en masa, han tenido que abandonar durante los últimos años su propia tierra, en la que han vivido incluso desde los orígenes del cristianismo. Por último, también hoy escuchamos la voz del salmista que dice: ''Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sion''. Es el llanto de quienes regresarían de buena gana a sus propios países si encontraran adecuadas condiciones de seguridad y de subsistencia. También en este caso, pienso en los cristianos del Medio Oriente, deseosos de contribuir, como ciudadanos a pleno título, al bienestar espiritual y material de sus respectivas naciones.

''Gran parte de las causas que provocan la emigración se podían haber ya afrontado desde hace tiempo -advirtió el Pontífice- Así, se podría haber evitado o, al menos, mitigado sus consecuencias más crueles. Todavía ahora, y antes de que sea demasiado tarde, se puede hacer mucho para detener las tragedias y construir la paz. Para ello, habría que poner en discusión costumbres y prácticas consolidadas, empezando por los problemas relacionados con el comercio de armas, el abastecimiento de materias primas y de energía, la inversión, la política financiera y de ayuda al desarrollo, hasta la grave plaga de la corrupción. Somos conscientes de que, con relación al tema de la emigración, se necesitan establecer planes a medio y largo plazo que no se queden en la simple respuesta a una emergencia. Deben servir, por una parte, para ayudar realmente a la integración de los emigrantes en los países de acogida y, al mismo tiempo, favorecer el desarrollo de los países de proveniencia, con políticas solidarias, que no sometan las ayudas a estrategias y prácticas ideológicas ajenas o contrarias a las culturas de los pueblos a las que van dirigidas''.

El Papa sin olvidar la referencia a otras situaciones dramáticas, como la creada en la frontera entre México y los Estados Unidos de América, a la que se acercará el próximo mes cuando visite Ciudad Juárez, dedicó una especial reflexión a Europa. ''En efecto -dijo- durante el último año se ha visto afectada por un flujo masivo de prófugos, muchos de los cuales han encontrado la muerte en el tentativo de alcanzarla, que no tiene precedentes en la historia reciente, ni siquiera al final de la Segunda Guerra Mundial. Muchos emigrantes procedentes de Asía y África, ven a Europa como un referente por sus principios, como la igualdad ante la ley, y por los valores inscritos en la naturaleza misma de todo hombre, como la inviolabilidad de la dignidad y la igualdad de toda persona, el amor al prójimo sin distinción de origen y pertenencia, la libertad de conciencia y la solidaridad con sus semejantes''.

''Sin embargo, los desembarcos masivos en las costas del Viejo Continente parece que ponen en dificultad al sistema de acogida construido laboriosamente sobre las cenizas del segunda conflicto mundial, que sigue siendo un faro de humanidad al cual referirse. Ante la magnitud de los flujos y sus inevitables problemas asociados han surgido muchos interrogantes acerca de las posibilidades reales de acogida y adaptación de las personas, sobre el cambio en la estructura cultural y social de los países de acogida, así como sobre un nuevo diseño de algunos equilibrios geopolíticos regionales. Son igualmente relevantes los temores sobre la seguridad, exasperados sobremanera por la amenaza desbordante del terrorismo internacional. La actual ola migratoria parece minar la base del ''espíritu humanista'' que desde siempre Europa ha amado y defendido. Sin embargo, no podemos consentir que pierdan los valores y los principios de humanidad, de respeto por la dignidad de toda persona, de subsidiariedad y solidaridad recíproca, a pesar de que puedan ser, en ciertos momentos de la historia, una carga difícil de soportar. Deseo, por tanto, reiterar mi convicción de que Europa, inspirándose en su gran patrimonio cultural y religioso, tiene los instrumentos necesarios para defender la centralidad de la persona humana y encontrar un justo equilibrio entre el deber moral de tutelar los derechos de sus ciudadanos, por una parte, y, por otra, el de garantizar la asistencia y la acogida de los emigrantes''.

Al mismo tiempo, Francisco expresó su gratitud por todas las iniciativas que se han adoptado para facilitar una acogida digna de las personas como del Fondo Migrantes y Refugiados del Banco de Desarrollo del Consejo de Europa, así como por el compromiso de aquellos países que han mostrado una generosa disponibilidad a la ayuda. ''Me refiero sobre todo -señaló- a las Naciones vecinas a Siria, que han respondido inmediatamente con la asistenta y la acogida, especialmente el Líbano, donde los refugiados constituyen una cuarta parte de la población total, y Jordania, que no ha cerrado sus fronteras a pesar de que alberga a cientos de miles de refugiados. Del mismo modo, no hay que olvidar los esfuerzos de otros países que se encuentran en la primera línea, especialmente Turquía y Grecia. Deseo expresar un agradecimiento especial a Italia, cuyo firme compromiso ha salvado muchas vidas en el Mediterráneo y que, incluso en su territorio, se ocupa de un ingente número de refugiados. Espero que el tradicional sentido de hospitalidad y solidaridad que caracteriza al pueblo italiano no se debilite ante las inevitables dificultades del momento, sino que, a la luz de su tradición milenaria, sea capaz de acoger e integrar la aportación social, económica y cultural que los emigrantes pueden ofrecer''.

''Es importante que no se deje solas a las naciones que se encuentran en primera línea haciendo frente a la emergencia actual, y es igualmente indispensable que se inicie un diálogo franco y respetuoso entre todos los países implicados en el problema –de origen, tránsito o recepción– para que, con mayor audacia creativa, se busquen soluciones nuevas y sostenibles. En la coyuntura actual, en efecto, los Estados no pueden pretender buscar por su cuenta dichas soluciones, ya que las consecuencias de las opciones de cada uno repercuten inevitablemente sobre toda la Comunidad internacional. Se sabe que las migraciones constituirán un elemento determinante del futuro del mundo, mucho más de lo que ha sido hasta ahora, y de que las respuestas sólo vendrán como fruto de un trabajo común, que respete la dignidad humana y los derechos de las personas. La Agenda para el Desarrollo, que las Naciones Unidas ha adoptado en septiembre pasado para los próximos 15 años, aborda muchos de los problemas que llevan a la emigración, al igual que otros documentos de la Comunidad internacional sobre la gestión de la problemática migratoria, sólo responderán a las expectativas si saben colocar a la persona en el centro de las decisiones políticas, a todos los niveles, y ven a la humanidad como una sola familia y a los hombres como hermanos, respetando las reciprocas diferencias y las convicciones de conciencia''.

Para afrontar el tema de la emigración es importante ''que se preste atención a sus implicaciones culturales, empezando por las que están relacionadas con la propia confesión religiosa. El extremismo y el fundamentalismo se ven favorecidos, no sólo por una instrumentalización de la religión en función del poder, sino también por la falta de ideales y la pérdida de la identidad, incluso religiosa, que caracteriza dramáticamente al así llamado Occidente. De este vacío nace el miedo que empuja a ver al otro como un peligro y un enemigo, a encerrarse en sí mismo, enrocándose en sus planteamientos preconcebidos. El fenómeno migratorio, por tanto, plantea un importante desafío cultural, que no se puede dejar sin responder. La acogida puede ser una ocasión propicia para una nueva comprensión y apertura de mente, tanto para el que es acogido, y tiene el deber de respetar los valores, las tradiciones y las leyes de la comunidad que lo acoge, como para esta última, que está llamada a apreciar lo que cada emigrante puede aportar en beneficio de toda la comunidad. En este contexto, la Santa Sede renueva su compromiso en el campo ecuménico e interreligioso para establecer un diálogo sincero y leal que, valorando las peculiaridades y la identidad de cada uno, favorezca una convivencia armónica de todos los miembros de la sociedad''.

No dejó de mencionar el Papa los importantes acuerdos internacionales de 2015 que son un buen augurio para el futuro. En primer lugar,el llamado Acuerdo sobre el programa nuclear iraní y el acuerdo sobre el clima en la Conferencia de París ''que representa un logro significativo para toda la Comunidad internacional y que pone de manifiesto una fuerte conciencia colectiva acerca de la grave responsabilidad que todos, individuos y naciones, tenemos en la protección de la creación, y en la promoción de una ''cultura del cuidado que impregne toda la sociedad. Ahora es vital que los compromisos asumidos no sólo representen un buen propósito, sino que todos los Estados sientan la obligación real de poner en marcha las acciones necesarias para salvaguardar nuestra amada Tierra, para bien de toda la humanidad, especialmente de las generaciones futuras.

Asimismo subrayó que el año que acaba de comenzar se presenta lleno de desafíos y ya han aparecido en el horizonte muchas tensiones, como los graves contrastes que han surgido en la región del Golfo Pérsico, así como al preocupante ensayo militar realizado en la península coreana, y manifestó el deseo de que ''los antagonismos abran paso a la voz de la paz y de la buena voluntad en la búsqueda de acuerdos. En esa perspectiva -añadió- veo con agrado que no faltan gestos significativos y especialmente ilusionantes. Me refiero en particular al clima pacífico de convivencia en el que se han realizado las recientes elecciones en la República Centroafricana y que representa un signo positivo de la voluntad de proseguir el camino emprendido hacia una plena reconciliación nacional. Pienso, además, en las nuevas iniciativas que se han puesto en marcha en Chipre, para resolver una división que dura ya mucho tiempo, y a los esfuerzos del pueblo colombiano para superar los conflictos del pasado y lograr la tan ansiada paz. Todos miramos con esperanza los pasos importantes que la Comunidad internacional ha emprendido para encontrar una solución política y diplomática a la crisis en Siria, que ponga fin a un sufrimiento de la población que dura ya demasiado tiempo. Del mismo modo, llegan señales positivas de Libia, que permiten confiar en un renovado compromiso para erradicar la violencia y restaurar la unidad del país. Por otro lado, cada vez es más claro que sólo la acción política conjunta y acordada ayudará a contener la propagación del extremismo y del fundamentalismo, con sus implicaciones de carácter terrorista, que producen tantas víctimas en Siria y Libia, así como en otros países, como Irak y Yemen''.

''Espero que este Año Santo de la Misericordia sea también una ocasión para el diálogo y la reconciliación que ayude a la construcción del bien común en Burundi, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Que sea, sobre todo, un momento propicio para poner definitivamente fin al conflicto en las regiones orientales de Ucrania. Es fundamental el apoyo que, desde muchos puntos de vista, la comunidad internacional, los estados y las organizaciones humanitarias pueden ofrecer al país para que supere la crisis actual. El reto principal que nos espera es, sin embargo, el de vencer la indiferencia para construir juntos la paz, que es un bien que hay perseguir siempre. Por desgracia, entre las muchas partes de nuestro querido mundo que la anhelan ardientemente está la Tierra que Dios ha preferido y elegido para mostrar a todos el rostro de su misericordia. Mi esperanza es que en este nuevo año se cierren las profundas heridas que dividen a israelíes y palestinos y se consiga la convivencia pacífica de dos pueblos que, en lo profundo de sus corazones –estoy seguro–, no desean otra cosa que la paz''.

El Papa concluyó su discurso reiterando que en ámbito diplomático la Santa Sede ''no dejará nunca de trabajar para que la voz de la paz llegue hasta los extremos de la tierra'' y renovó la plena disponibilidad de la Secretaría de Estado para colaborar con los embajadores en el fomento de un diálogo constante entre la Sede Apostólica y los países que representan, para el bien de toda la Comunidad internacional, ''con la certeza interior de que este año jubilar será una buena oportunidad para vencer, con el calor de la misericordia, don precioso de Dios que transforma el miedo en amor y nos hace artífices de paz, la fría indiferencia de tantos corazones. Con estos sentimientos -concluyó- renuevo a cada uno de ustedes, a sus familias, a sus países, mis más fervientes deseos de un año lleno de bendiciones''.

Los Estados que tienen actualmente relaciones diplomáticas con la Santa Sede son 180. a los que hay que añadir la Unión Europea, la Soberana Orden Militar de Malta así como la Misión Permanente del Estado de Palestina. Por lo que se refiere a las Organizaciones Internacionales la Santa Sede pasó a ser Observador en la Comunidad del Cariube (CARICOM) el pasado 4 de junio.


Las Cancillerías de embajada con sede en Roma, incluidas las de la Unión Europea y de la Soberana Orden Militar de Malta son 86; en el último año se han sumado las embajadas de Belice, de Burkina Faso y de Guinea Ecuatorial. También tienen sede en Roma la Misión del Estado de Palestina y las Oficinas de la Liga de los Estados Árabes, de la Organización Internacional para las Migraciones y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Bautizos en la Capilla Sixtina: Dejad a vuestros hijos en herencia la fe


Ciudad del Vaticano, 10 de enero de 2016 (Vis).- ''Dejad en herencia la fe'', han sido las palabras que el Papa ha dirigido esta mañana en la Capilla Sixtina a los padres y padrinos de los 26 niños ( 13 niños y 13 niñas) que ha bautizado en el curso de la Santa Misa celebrada en la Solemnidad del Bautismo de Nuestro Señor.

En su breve homilía el Santo Padre explicó a los presentes que María y José llevaron a Jesús al Templo cuarenta días después de su nacimiento para presentarlo a Dios, al igual que hoy los padres han llevado a sus hijos a recibir el Bautismo, a recibir la fe, como manifestaron respondiendo a la pregunta que se hace al inicio del rito. ''Así- dijo- la fe se transmite de una generación a otra, como una cadena en el curso del tiempo. Estos niños, estas niñas, pasados los años, ocuparán vuestro lugar con otro hijo -vuestros nietos- y pedirán lo mismo: la fe. La fe que da el Bautismo, la fe que el Espíritu Santo lleva hoy al corazón, al alma, a la vida de estos hijos vuestros''.

''Habéis pedido la fe- continuó- La Iglesia, cuando os entregue la vela encendida, os pedirá que guardéis la fe en estos niños. Y al final, no os olvidéis de que la herencia más grande que podréis dejar a vuestros hijos es la fe. Prestad atención para que no se pierda, para que crezca y dejadla en herencia. Esto es lo que hoy os deseo, en este día feliz: que seáis capaces de hacer crecer la fe en estos niños y que la herencia más grande que reciban de vosotros sea la fe''.

Al final, el Papa recordó que cuando los niños lloran porque tienen hambre hay que alimentarlos e invitó a las madres presentes en la Capilla Sixtina a darles de comer, allí, con absoluta libertad.



Ángelus: La importancia de festejar el día de nuestro bautismo


Ciudad del Vaticano, 10 enero 2016 (VIS).-Una vez finalizada la celebración eucarística en la Capilla Sixtina, el Santo Padre se asomó a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes de la oración mariana, el Pontífice pidió a todos los presentes que rezasen por los 26 niños y niñas que acababa de bautizar y habló de cómo el Evangelio del día ''nos presenta a Jesús, en las aguas del río Jordán, al centro de una maravillosa revelación divina''. Mencionó las palabras del apóstol Lucas: ''Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección''.

''En este evento, testificado por los cuatro Evangelios, -continuó- tuvo lugar el pasaje del bautismo de Juan Bautista, basado en el símbolo del agua, al Bautismo de Jesús ''en el Espíritu Santo y en el fuego''. De hecho, el Espíritu Santo en el Bautismo cristiano es el artífice principal: es Él quien quema y destruye el pecado original, restituyendo al bautizado la belleza de la gracia divina; es Él quien nos libera del dominio de las tinieblas, es decir, del pecado y nos traslada al reino de la luz, es decir, del amor, de la verdad y de la paz. Esto es el reino de la luz''.

Francisco explicó que ''el Espíritu Santo, recibido por primera vez el día de nuestro Bautismo, nos abre el corazón a la Verdad, a toda la Verdad. El Espíritu empuja nuestra vida hacia el camino laborioso pero alegre de la caridad y de la solidaridad hacia nuestros hermanos. El Espíritu nos da la ternura del perdón divino y nos invade con la fuerza invencible de la misericordia del Padre. No olvidemos que el Espíritu Santo es una presencia viva y vivificante en quien lo recibe, reza con nosotros y nos llena de alegría espiritual''.

Asimismo invitó a todos a agradecer este don recibido y a buscar la fecha de bautismo porque ''es muy importante conocerla -dijo-. Es una fecha para festejar: es la fecha de nuestro renacimiento como hijos de Dios. Por esto, tarea para casa para esta semana: Ir a buscar la fecha de mi bautismo. Festejar ese día significa reafirmar nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la cual todos somos hermanos''.


Después de rezar el Ángelus, Francisco mandó una especial bendición ''a todos los niños que han sido bautizados recientemente, también a los jóvenes y adultos que han recibido desde hace poco los Sacramentos del inicio cristiano o que se están preparando. ¡La gracia de Cristo los acompañe siempre!''.

Celebraciones presididas por el Papa: Enero – Febrero 2016


Ciudad del Vaticano, 11 enero 2016 (VIS).- La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice ha hecho público el calendario de las celebraciones que presidirá el Santo Padre durante los meses de enero y febrero:

ENERO

-25, sábado: Solemnidad de la Conversión de San Pablo. A las 17.30 horas, en la basílica de San Pablo Extramuros, celebración de las Vísperas.

FEBRERO

-2, martes: Fiesta de la Presentación del Señor y XX Jornada Mundial de la Vida Consagrada. A las 17.30 horas, en la basílica de San Pedro, Santa Misa, Jubileo y clausura del año de la Vida Consagrada.

-10, Miércoles de Cenizas: A las 17 horas Santa Misa en la Basílica Vaticana, bendición e imposición de las cenizas. Envío de misioneros de la Misericordia.

-12, viernes: Viaje apostólico a México. (12-18)


-22, lunes: Solemnidad de la Cátedra de San Pedro. A las 10.30, en la basílica de San Pedro, Jubileo de la curia romana.

Audiencias


Ciudad del Vaticano, 9 de enero de 2016 (Vis).-El Santo Padre ha recibido en audiencia:

-Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos

-Cardenal Ritardo Ezzati Andrello, arzobispo de Santiago de Chile (Chile), Presidente della Conferenza Episcopal con Mons. Alejandro Goić Karmelić,obispo de Rancagua, y  Vicepresidente del mismo organismo.

-Padre Adolfo Nicolás Pachón, Prepósito General de la Compañía de Jesús (Gesuiti), con el Padre Mauro Jöhri, Ministro General de la Orden Franciscana de los Frailes Menores Capuchinos, Presidente de la Unión de los Superiores Generales (U.S.G.)


-Nicola Zingaretti, Presidente de la Región Lacio (Italia)

Actos Pontificios


Ciudad del Vaticano, 9 de enero de 2016 (Vis).-El Santo Padre nombró al reverendo Antonio Augusto de Oliveira Azevedo obispo auxiliar de Oporto (superficie 3.010, población 2.106.000, católicos 1.906.000, sacerdotes 423, religiosos 268, religiosas 624, diáconos permanentes 82) en Portugal. El obispo electo nació en 1962 en Sao Pedro de Avioso (Portugal) y fue ordenado sacerdote en 1986.En su ministerio pastoral ha sido entre otros vicario parroquial, capellán militar, párroco y administrador parroquial en Portugal. Después de sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma ha sido prefecto y miembro del equipo formativo del Seminario Mayor de Nuestra Señora de la Concepción y capellán de la Universidad Católica de Oporto. Desde 2012 es rector del mismo seminario , profesor de Teología en la Universidad Católica de Oporto, juez del Tribunal Eclesiástico y secretario del Consejo Presbiterial.
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